Costa Oeste de Lanzarote: Janubio, Los Hervideros y mucho más | Mochila de Cromo

Dentro del road trip que organizamos para recorrer la isla de Lanzarote, no podría faltar la visita a los enclaves más singulares de la costa oeste de la isla que vive de espaldas al Parque Nacional de Timanfaya. Si estás planeando una escapada a la isla volcánica, esta guía puede serte muy útil. ¿Quieres conocer qué lugares debes visitar? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Ya hemos dicho varias veces que Lanzarote es mucho más que los resorts de playa todo incluido y los tres o cuatro puntos conocidos donde van todos los turistas en viajes programados. Si quieres experimentar un poco más la isla y recorrer los puntos más distinguidos, lo mejor es que alquiles un coche que te permita tener libertad para desplazarte; ten en cuenta que los tiempos entre norte y sur, o la zona oeste de la este, apenas superan la hora por lo que todo está relativamente cerca. Además, las cuidadas carreteras de la isla ayudan a que la experiencia sea mucho más agradable.

Antes de comenzar, aquí os dejamos nuestra opinión sobre el hotel de cuatro estrellas, todo incluido, que nos salió por 200€ persona, una semana, por si queréis echar un vistazo. Os recomendamos, además, que viajéis siempre con seguro por lo que si buscas un seguro con las mejores coberturas y garantías, MONDO es lo que necesitas ya que cuenta con asistencia 24/7 y cobertura COVID; además, por ser lectores del blog, os lleváis un estupendo 5% de descuento al contratar vuestra póliza.

Yaiza, puerta de entrada a Timanfaya

Catalogado como uno de los pueblos más bonitos, sino el más bonito (compite con Teguise y su conocido mercado dominical), lo cierto es que Yaiza es el punto perfecto para comenzar nuestra ruta por toda la costa oeste de la isla de Lanzarote.

Yaiza puede decir que es un pueblo con suerte ya que el desastre de Timanfaya no logró arrasar este precioso pueblo de casitas blancas. Así, si vas a recorrer el Parque Nacional, tendrás que pasar por aquí ya que está considerada la puerta de entrada al impresionante desierto de lava que se levanta justo ante nosotros.

No te vayas sin recorrer sus callejuelas haciendo parada en la bella arquitectura canaria donde las níveas paredes dejan pequeños toques de color en las puertas de llamativos verdes y azules. Las flores de mil colores dan buena cuenta del cariño de los lugareños por su pueblo, que encontrarás muy cuidado y limpio.

Acércate hasta el ayuntamiento o la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, cuya festividad es el 8 de septiembre (al igual que el día de nuestra comunidad, qué coincidencia).

El Golfo, idílico escenario de películas

Si continuamos por la LZ-2, solo tenemos que desviarnos hacia El Golfo para contemplar uno de los pueblos marineros con más esencia de la isla. No decimos que sea un escenario idílico para el cine de manera figurada, todo lo contrario; hace unos años, Ron Howard grabó la película In the heart of the sea (película basada en el naufragio de Moby Dick) en las inmediaciones.

Acércate hasta la playa de la localidad para disfrutar de las barcas y lanchas de los marineros de la zona que continúan con su labor diaria a pesar de la multitud de turistas que cada día llegan a la zona para conocer uno de los puntos más visitados de la isla. ¿Sabes de qué estamos hablando?

El Lago Verde, fenómeno inusual

Efectivamente. Conocido también como el Charco de los Clicos, este lago de fluorescentes aguas tiene su origen en el azufre de la zona. Podrás observar, de manera gratuita, este extraño fenómeno desde el mirador que se encuentra junto al pueblo de El Golfo e, incluso, bajar a la playa de Los Clicos.

Es una experiencia única ya que el origen de este enclave radica en que nos hemos adentrado en el cono de un antiguo volcán que se ha ido erosionado, y perdiendo su parte más occidental, por causa de la acción marina y los vientos. Como ves, acercarte hasta aquí bien merece la pena.

Los Hervideros, la lucha entre el mar y la lava

Son muchas las cicatrices que la catástrofe de Timanfaya, cuya erupción duró seis años, ha dejado en la isla para cambiarla para siempre. La devastación que supuso que la tierra rugiese hizo que, al contacto de la lava con el agua del mar, se formase lo que hoy se conoce como Los Hervideros.

Este espacio, con las Montañas de Fuego a sus espaldas, puede recordarnos a la situación del volcán de Cumbre Vieja, en la vecina La Palma, al formar una fajana. En este, el accidente volcánico ha hecho que podamos recorrer las cavernas caprichosas que se han ido formando, dando lugar a una estampa que, a nosotros, nos recuerda un poco a los bufones de Pría, en Asturias. Un espectáculo que combina los oscuros colores de la centenaria lava con el azul del frío Atlántico.

Su visita también es gratuita y cuenta con un enorme aparcamiento para visitar la zona con calma. Os recomendamos extremar las precauciones en algunos puntos ya que, en determinadas horas, hay una afluencia de turistas descontrolada que hace que podamos sufrir algún resbalón entre las escaleras de Los Hervideros.

Las impresionantes salinas de Janubio

Creo que, si has llegado hasta aquí, habrás podido comprobar que Lanzarote es la isla diferente. Los paisajes que aquí podemos contemplar parecen sacados de escenarios de películas de ciencia ficción. Las salinas de Janubio son un claro ejemplo de que la isla tiene multitud de posibilidades para todos los gustos.

Aunque la visita a las salinas, en sí, es de pago (aquí os dejamos el enlace), puedes contemplarlas desde varios miradores que se encuentran junto a la carretera que da acceso a las propias instalaciones o bien, en la propia LZ-701 (puedes continuar desde Los Hervideros, en paralelo a la costa, aunque cuando nosotros fuimos la carretera estaba cortada y tuvimos que deshacer el camino andado).

Las parcelas de las salinas son fiel reflejo de la gama cromática que podemos encontrar en toda la isla donde los tonos tierra juegan con los pequeños muretes oscuros que dividen la enorme llanura salina que se levanta ante nosotros.

A diferencia de las salinas peninsulares, que combinan el color blanco con un aspecto más amarronado, las de la isla canaria pasan del banco impoluto a los increíbles tonos azulados. Os recomendamos que compréis las sales conocidas como Sabores de Janubio, que son las propias sales de la salinas combinadas con mojo canario, pimentón de La Vera, finas hierbas… una delicia para elaborar sabrosos platos en casa. ¡Recomendado!

Piscinas naturales de Los Charcones

Antes de llegar a nuestro último punto del camino, podemos hacer parada en las piscinas naturales de Los Charcones. Se recomienda el uso de sandalias por la presencia de erizos de mar y, en todo momento, se debe respetar este monumento natural surgido a partir de las erupciones volcánicas que dan lugar a simpáticas pozas y bañeras donde refrescarse con el frío Atlántico. Algunas zonas son naturistas por lo que se recomienda el respeto también entre los usuarios.

Como anécdota, en las inmediaciones se encuentra un hotel abandonado que nunca se llegó a construir y, aunque el acceso está prohibido, si os gusta la fotografía, puede ser un escenario muy versátil.

Playa Blanca, la capital de la Costa de Papagayo

Si te alojas en el sur de la isla lo más probable es que lo hagas en tres puntos: Costa Teguise, Puerto del Carmen o Playa Blanca. Aquí es donde se encuentran la mayor parte de los hoteles de las diferentes cadenas que encontrarás en la isla por lo que la vida nocturna y el ocio para toda la familia están asegurados.

Si bien es cierto que la zona es algo más tranquila que Puerto del Carmen, donde abundan los pubs y restaurantes enfocados al cliente internacional, Playa Blanca se mantiene como un coqueto pueblo turístico con esencia canaria. Recorre sus calles y disfruta de algunas compras tanto en la zona de Marina Rubicón como en las inmediaciones de la calle Limones. De hecho, aquí os recomendamos que probéis uno de los mejores italianos de la isla, el Nimen; aunque su local es sumamente pequeño (solo hay espacio para tres mesas), su cuidada carta nos transporta de lleno a la auténtica cocina italiana. Las vistas al puerto así como la calidad del producto hacen que sea un imprescindible en la zona y que sirva como broche final a una completa jornada recorriendo la zona oeste de Lanzarote (eso sí, no os vayáis sin probar su esponjoso tiramisú).

Si bien es cierto que a nosotros no nos dio tiempo, siempre os podéis acercar a las que está considerada una de las zonas de mayor belleza de la isla; la Costa de Papagayo. Sus playas son visitables pero acercarte hasta aquí conlleva el pago de una tarifa para evitar la gentrificación. Nos ha quedado pendiente, lo que es una excusa perfecta para volver a esta mágica zona.

Además, si cuentas con varios días, desde Playa Blanca parten los ferries con destino Fuerteventura. La isla de los arenales es famosa por los lugares mucho menos masificados que su vecina Lanzarote o con puntos tan llamativos como la conocida Popcorn Beach, la playa de las palomitas, por las curiosas formaciones geológicas que nos recuerdan a los deliciosos aperitivos.

Como veis, Lanzarote se puede disfrutar de mil y un formas ya que es perfecta para todo tipo de turismo. Nosotros, en esta ocasión, fuimos con la idea de poder descansar pero no quisimos renunciar a recorrer paisajes que se nos han quedado atrapados para siempre en la retina.

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¿Habéis estado en alguno de estos lugares? ¿Sabéis de algún punto más que debamos incluir en esta lista? Estaremos encantados de leeros en el apartado Comentarios que encontrareis más abajo.

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