Posada Casa Zulima | OPINIÓN

Aunque ya os he hablado de su restaurante, en esta nueva entrada os comento mi experiencia en el hotel Posada Casa Zulima, ubicado en el Parque Natural de Redes, en la zona central de Asturias. ¿Crees que merece la pena? ¿Habitaciones cuidadas al detalle como lo es su cocina? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

¿Has hablado ya sobre este sitio?

Sí, hace mucho tiempo en realidad. De hecho, fue una de las primeras entradas que escribí en el blog y que, en su momento, más éxito ha tenido. Si no tuviste la oportunidad de leer sobre su magnífico restaurante te dejo el enlace aquí.

¿Y dónde se ubica?

El hotel se sitúa en el idílico pueblo de Caleao, el cual ha experimentado un desarrollo hotelero y hostelero envidiable, con la atracción de todo tipo de turismo y dando vida (y trabajo) a locales así como a la propia gente del concejo, sin tener en cuenta todos los empleos indirectos que genera más allá de la temporada alta. Y es que Caleao, al igual que el Parque Natural de Redes, merece una visita en cualquier estación: durante la primavera para contemplar como florecen los valles y los bosques recuperan poco a poco su forma; durante el verano, las agradables temperaturas invitan a recorrer sus bosques frescos y animarse a subir a sus picos para contemplar la inmensidad del Parque con vistas privilegiadas; otoño quizás sea la estación más icónica por la variedad de colores y tonos que toman, durante unos meses,  la masa forestal donde predominan castaños, robles y hayas; es el invierno la mejor época para ver la fauna ya que los árboles no tienen hoja, y siempre es agradable dar un paseo entre nieve para luego disfrutar de una taza de café caliente o un plato de pote en alguno de los restaurantes de la zona. El concepto hygge no se inventó en Dinamarca, está inspirado en las posibilidades que ofrece Redes.

Hall (foto propia)

Y entonces, ¿hoy nos quedamos a dormir?

Pues sí, esta vez no estamos de visita puntual sino que vamos a disfrutar de un fin de semana en total armonía con el entorno. Con paseos por el monte, disfrutando del paisaje y realizando fotos para luego enseñároslas. Disfrutaremos de la buena mesa de Casa Zulima así como de sus habitaciones.

El hotel se encuentra justo encima del bar-restaurante, accediendo por unas escaleras en la parte derecha. Una vez dentro, nos recibe un pequeño hall con algunos cómodos asientos así como prensa y diferentes panfletos sobre museos y actividades por la zona, como puede ser paseos a caballo, conocer el Museo de la Madera, el de la Apicultura o indagar en las entrañas de la mina en el Ecomuseo de Samuño.

Un pequeño pasillo nos da acceso  a la totalidad de la planta baja. Cabe destacar que, aún siendo hotel, el establecimiento conserva a la perfección el concepto posada ya que apenas tiene 6 habitaciones en total, tres ubicadas en la planta baja y, el resto, en la parte superior a la que se accede por una escalera de madera.

Pasillo del hotel (foto propia)

¿Y cómo están las habitaciones?

Decoradas con un estilo tradicional donde prima la madera de calidad. Son habitaciones con suelos de madera y alguna pared de piedra. Aunque no fue necesario, disponen de calefacción a través de radiadores así como mantas que puedes encontrar en un amplio armario.

Destacar, principalmente, la limpieza exhaustiva de todas sus habitaciones (y del hotel y restaurante en general). La cama es amplia, teniendo en cuenta que es para una persona, con sábanas suaves y de calidad así como un colchón comodísimo que, unido a un día de caminata y una abundante y poco hipocalórica cena, hacen que caigas rendido en cuestión de minutos.

Todas las habitaciones cuentan con conexión Wifi, aunque dado la características del entorno y los propios materiales del hotel hacen que, por desgracia, la conexión no sea estable. En la zona del hall, el bar, la zona exterior así como zonas concretas de las habitaciones, la conexión va bastante bien. De todas formas, si estamos aquí es para disfrutar del paisaje y del paisanaje por lo que la nueva serie de Netflix o las últimas noticias pueden esperar: es tiempo de desconexión (también tecnológica).

Habitación individual (foto propia)

¿Y tiene baño propio?

Por supuesto, aunque dependiendo del tamaño de la habitación, os encontraréis con bañera o ducha. En mi caso era un plato de ducha que, aunque no era demasiado grande, cumple perfectamente con su función. El servicio de toallas y amenities en forma de gel/champú está incluido en el precio. Como punto a favor, los baños que he visto son todos exteriores.

Bañera en habitación doble (foto propia)

¿Desayunamos?

Nada mejor que, después de un día de caminata y un sueño reparador, bajar tranquilamente al bar-restaurante para tomar un completo desayuno que nos de energía para otro día de ruta o, si lo preferimos, nos permita subir de nuevo a la habitación a descansar.

El desayuno es totalmente tradicional, con un enorme cesto que incluye magdalenas y suspiros del Nalón, un dulce típico de la zona que podréis comprar en la panadería de Campo de Caso. Bibi, quien regenta la posada, os preguntará si os apetece un zumo natural recién exprimido. Además, cuenta con café, infusión o colacao, así como pan recién tostado (típico pan de pueblo, buenísimo) con mantequilla y mermelada de melocotón. Lo único que recomendaría es que hubiese también mermelada de fresa o de otros sabores por si a alguien no le gusta precisamente de melocotón (en todo caso, comentárselo a Bibi que os pone miel o dulce de manzana). Aún así, el desayuno es completo y sencillo, perfecto para no perder demasiado tiempo y ponerse en marcha por el Parque. Redes es un lugar que hay vivirlo, de mil formas, así que pronto a recorrer sus caminos, bosques y riscos.

Comenzando el día con energía (foto propia)

¿El precio?

Uno de los alojamientos más baratos donde me he hospedado teniendo en cuenta que tiene categoría de hotel. Sinceramente no sé cuánto es el precio por habitación pero una habitación doble con una habitación individual, dos noches y desayunos incluidos, 154€.

Como colofón final, Bibi os obsequia con unos botones del Nalón, la versión mini (y deliciosa) de los suspiros del Nalón que también podreis adquirir en la panadería de Campo de Caso.

Desde aquí agradecer, una vez más, a Bibi, María y toda su familia la disponibilidad, atención y cariño con la que nos reciben siempre y que permiten que podamos decir que Casa Zulima es ya nuestra segunda casa. ¡Gracias!

Y si quieres conocer qué hacer por la zona, no puedes irte sin echar un vistazo a mi reseña sobre el Desfiladero de los Arrudos, así como la vega de Brañagallones. Puedes inspirarte además con el premiado documental 100 días de soledad, de José Díaz. Espero que os sirvan.

Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de experiencias propias y, en ningún caso, objeto de promoción. Dado que el blog no tiene financiación externa, si estás pensado en realizar una escapada o quieres reservar un alojamiento con 15€ de descuento te dejo el enlace a mi código descuento en Booking con el que tú consigues esos 15€ de descuento y contribuyes al mantenimiento del blog. ¡Así de fácil!

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¡Nos leemos!

 

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