Más de 1400 disparos iluminaron Avilés por San Agustín

Después de mucho tiempo, Avilés volvió a vivir una auténtica noche de San Agustín. En un día que está marcado en el calendario de los avilesinos y las avilesinas, nadie quiso perderse el espectáculo pirotécnico que tendría lugar en la ría de Aviles.

Durante toda la jornada, locales y visitantes abarrotaron el casco histórico de la ciudad. La Feria de Cerámica y el Mercado Medieval también ayudaron a que, durante todo el día, fuese complicado pasear por las calles del centro. 

Al caer el sol, los parkings de la ciudad ponían el cartel de completo. Los restaurantes no podían acoger ningún despistado que no había hecho reservado y el tiempo, con un poco de viento, prometía que los fuegos artificiales de San Agustín se verían perfectamente. 

La noche comenzaba con el concierto gratuito de Café Quijano en la explanada del Centro Niemeyer. Público de todas las edades no quiso perderse al grupo leonés que interpretó algunos de sus grandes éxitos, como «La Lola» o «Nada de na». 

El público, entregado, pronto se reunió en el entorno de la ría avilesina. Ya fuera desde el parque de El Muelle, el paseo de la ría o el propio Centro Niemeyer; nadie quiso perderse la oportunidad única de recuperar la mejor noche en el calendario de la ciudad.

La empresa asturiana Reiriz fue la encargada de iluminar la ría. Sus espectaculares sauces y flores de diversos colores iluminaban las caras de sorpresa de pequeños y mayores. Tras diecinueve minutos, y más de mil cuatrocientos disparos, la traca final hizo tronar el cielo de Avilés en la que sería una noche larga. Un tributo a unas fiestas de San Agustín que ya son historia pero que han dejado una buena resaca entre comerciantes, hosteleros y visitantes, en general. 

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