La banda de indie-pop Coldplay prometía una gran sesión en el legendario coliseo de Wembley. El show, celebrado en el estadio de la selección de fútbol de Inglaterra llegaba a Londres con unas expectativas muy altas. Y a los cerca de 90000 asistentes las dos horas de concierto les supieron a poco tras una sorprendente puesta en escena que hizo vibrar al legendario municipal.
Laura Mvula y London Grammar como teloneros
La estación de metro Wembley Park era un hervidero de fans que, algunos con maquillaje psicodélico, avanzan por la avenida entre puestos de fish&chips, hamburguesas y mucha cerveza.
Una eficiente gestión de los asistentes, con pasillos para el control de aforo y que permitió mantener la seguridad del show en todo momento, aseguró que los 90000 amantes de la buena música disfrutasen de una velada tras la apertura de puertas a las 17:00 -con puntualidad británica-.
Laura Mvula fue la primera en pisar el espectacular escenario de Wembley. Agradecida por ser su primera en un estadio, la artista británica animó a los primeros asistentes que ya jalonaban el centro de la pista.
A media tarde llegaba el turno de London Grammar. La banda británica de indie-pop, que está en pleno crecimiento en escuchas en las principales plataformas, interpretó alguno de sus hits, como Californian soil o How does it feel.
Explosión de color y buena música
Apenas el sol se ocultaba por uno de los extremos del estadio cuando la banda de Chris Martin llegaba caminando a través del backstage. Una arena entregada esperaba sus primeras palabras y, tras «hello, Wembley» se desató una locura de purpurina, fuegos artificiales y magnéticos contrastes musicales.
Higher Power y Adventure of a Lifetime sonaron las primeras mientras los miles de puntos LED del estadio, con una tecnología admirable, alumbraba una noche que prometía única. Y vaya si lo fue.
Éxito tras éxito, sin pausa. La banda británica lo dio todo en su casa. Y es que tocar Wembley se reserva para los grandes; esa joya de la corona de la industria musical donde siempre hay un antes y después.
Sin intervalos, la noche avanzaba con fogonazos de fuegos artificiales desde lo alto de Wembley que acompañaron a Hymn for the Weekend, Yellow -su primer éxito- y Something just like this.
En el escenario C, ubicado en el otro extremo de Wembley, los asistentes pudieron disfrutar de un ambiente más íntimo. Al pie, Martin demostró que la música no tiene fronteras y que llena los corazones. Como él dice, todos somos aliens en algún lugar… pero Wembley fue el refugio esa noche. Con versiones del éxito Running up the Hills, Coldplay presentaba la última parte del show no sin antes hacer una petición.
Martin detuvo el show en Wembley
«Oh… wait, wait, wait» sentenció Martin en plena interpretación de A sky full of stars. Y es que el británico tenía que detener el show para hacer una petición a las decenas de miles de asistentes que esperaban que la canción rompiese. «Es momento de dejar vuestros móviles y que conectéis con vosotros mismos… los unos con los otros» y así se hizo. Los smartphones bajaron y las manos se alzaron. Las pulseras LED fueron los únicos puntos de luz que vibraron en una noche que ya es para el recuerdo.
Barcelona, en mayo 2023
Y mientras la resaca de un espectáculo único se va aliviando, nuevas noticias llegan para los fans de Coldplay. Ya están a la venta las entradas para la ampliación de fechas de su gira Music of the Spheres, que volverá a Europa en la primavera-verano de 2023.
Barcelona, junto a otras ciudades como Coimbra, Nápoles o Milán, acogerán de nuevo el show más espectacular de cuantos se hayan creado en los últimos años. El miércoles 24 y el jueves 25 de mayo serán las primeras fechas de la banda británica en el estadio olímpico de la ciudad condal, a donde se le une una nueva fecha –sábado 27 de mayo– tras el abrumador éxito en la preventa que ha llevado a colgar el cartel de sold-out.
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