A los pies del Cabo Peñas se encuentra una de las sendas litorales más bonitas de Asturias. Entre Luanco y Bañugues, la ruta costera nos permitirá descubrir uno de los mejores miradores sobre el Cantábrico. Fácil y apta para todos los públicos, es el plan perfecto para disfrutar de un día en familia en contacto con la naturaleza.

Comenzamos en la alegre villa de Luanco
Luanco, la capital de Gozón, es uno de los villas marineras por excelencia en Asturias. Durante el verano, su agradable paseo marítimo se llena de locales y turistas que vienen atraídos por la buena gastronomía, la tranquilidad y el aroma inconfundible del mar Cantábrico.
Los que quieren practicar un poco de senderismo por la zona cuentan con el agradable sendero que conecta la villa con la playa de Bañugues. Un sendero que llega hasta el mismo cabo de Peñas y que, en total, son algo más de 13 kilómetros. Nosotros haremos solo 8, ida y vuelta.

La parte más sencilla transcurre entre Luanco y Bañugues, haciendo parada en Moniello. Tras dejar el vehículo en el aparcamiento público del puerto (hay dos, en realidad), subiremos las escaleras para ganar altura. Desde aquí, la panorámica hacia Luanco es preciosa. Al fondo, se distingue la iglesia de Santa María, quien nos capitanea la bella bahía de la villa.
Llegamos a un parque, donde también podemos disfrutar de las vistas panorámicas hacia el Cantábrico. Los últimos chalets adosados nos despiden con vistas a la rasa costera de Gozón.

Punta La Vaca, mirador privilegiado
Lo cierto es que a partir de este punto nos toparemos con varios toboganes, de subida y bajada. En algunos tramos, el pinar de la zona nos protegerá del sol aunque, como podéis ver por las fotos, el día que nosotros fuimos había entrado la niebla. Aun así, los paisajes son espectaculares.
El primero de los miradores que encontraréis es del pequeño cabo denominado Punta La Vaca. Desde aquí se obtiene una vista mucho más amplia que desde Luanco. En días despejados podréis ver la cercana Gijón y todo el cabo Peñas en su plenitud.

Tras pasar el mirador, ascendemos por el camino, sin pérdida alguna. Dejaremos a mano derecha una bifurcación para ver otro de los miradores. También hay varios bancos que nos invitan a hacer una parada a lo largo del sendero.
Moniello, el área recreativa imprescindible
A lo lejos vamos viendo el área recreativa de Moniello. Las verdes praderas que caen hacia el Cantábrico invitan al descanso y a poder escuchar el rumor del mar. En marea baja, es posible ver algunas formaciones especiales como los flysch. Estas formaciones geológicas son típicas de la rasa del Cantábrico y, en el entorno del Cabo Peñas, son más que habituales.
Tras dejar a mano izquierda la bifurcación hacia la sierra de Peroño, descendemos de manera prolongada hacia la propia playa de Moniello. Con sus característicos cantos rodados, no es de las que más afluencia tenga por la zona.
En las inmediaciones del área recreativa, además de un restaurante – merendero, encontraremos mesas donde disfrutar de un veraniego pie-nic mientras sentimos la frescura del Cantábrico.


Atrás hemos dejado los restos del fuerte de la Punta de Bilortera, de una época donde abundaban los piratas y corsarios por el frío Cantábrico. Poco a poco, mientras azota el viento y las brumas se dispersan, se presenta ante nosotros la ensenada de Bañugues.
Bañugues, playa perfecta para ir con niños
La playa de Bañugues es un remanso de paz y tranquilidad en la costa cercana al Cabo Peñas. A diferencia de otras conocidas, como la de Verdicio o Xagó, mucho más agitadas, la presencia del muro que crea el cabo hace que sus aguas sean perfectas para el baño.
Ideal para disfrutar con toda la familia, cuenta con varios chiringuitos abiertos durante la temporada así como todos los servicios necesarios para disfrutar de un tranquilo día de playa. Si venís en verano, os recomendamos llegar temprano ya que el amplio aparcamiento se llena con facilidad.
Su origen etimológico se remonta a época romana. Se cree que viene de las piletas o baniucas, en las que se elaboraban los salazones de la época.

Asimismo, en la zona encontramos alguno de los restaurantes más it del momento, como Mi Candelita. Una carrocería de inspiración mediterránea a cargo del chef Fran Heras, propietario de los barceloneses Llamber y El Chigre 1769.
Quienes quieran un poco más de aventura, continuarán atravesando la ensenada hacia Llumeres. Desde aquí, en simpáticos toboganes, coronarán la plataforma de Peñas. ¿Quizás un refrescante baño en Verdicio sea el punto final idóneo para una jornada en plena naturaleza y llena de rincones con encanto?
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