¡Ya está aquí la Semana Santa! Las merecidas vacaciones primaverales son la oportunidad única para descubrir un tipo de turismo que cada vez gana más adeptos. Hablamos del enoturismo; una forma de viajar donde priman las visitas a bodegas y los buenos caldos pero que conlleva recorrer un patrimonio histórico y natural de primera línea. Si quieres conocer nuestras propuestas para una Semana Santa diferente, continúa leyendo. Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
1 | Toro, más allá del vino
Una de las propuestas que enamorará a los y las amantes del enoturismo es la Ruta del Vino de Toro, en Zamora. Esta comarca acoge una de las regiones vinícolas con más proyección de España, con multitud de bodegas renovadas que no dejarán indiferente a los viajeros más curiosos.
La buena gastronomía castellana se da la mano con caldos con carácter así como una interesante oferta cultural. Además, su apasionante Semana Santa destaca por ser una de las más reconocidas de toda Castilla y León.
Descubre qué hacer y qué ver en la página web de la Ruta del Vino de Toro. Completa tu experiencia de viaje recorriendo el centro de la ciudad de Toro con esta visita guiada con guía oficial y entrada en bodega.
2 | Almendralejo, cuna del romanticismo
Extremadura sorprende, para bien, a todo aquel que lo visita. Almendralejo es una de esas ciudades que salvaguarda tesoros únicos y que muchas veces parecen pasar desapercibidos.
Su fantástica plaza de toros convive con bodegas donde el vino, y el cava (sí, en Extremadura se hace cava, y de calidad) son los protagonistas de las mesas extremeñas. Un paseo por su casco histórico os inspirará.
Además, no te puedes ir sin conocer una de sus joyas: el sepulcro histórico de Huerta Montero. Todos los detalles en la web de la oficina de turismo de Almendralejo. Si te gustan los tours de misterios y leyendas, Almendralejo cuenta con un interesante tour apto para todos los públicos.
3 | El valle del Douro portugués
¿Necesitas desconectar? Acompáñanos hasta el Duero portugués. Al otro lado de la frontera, la cicatriz que forma el caudaloso río Duero hace que se formen unos balcones privilegiados donde las vides maduran al calor de la soleada Portugal.
Una zona que, además de potenciar sus característicos vinos, ha demostrado que puede convertirse en un destino ideal para los viajeros más premium. Las villas y hoteles de cinco estrellas se diseminan por las laderas. Las infinity pools dan paso a bodegas con solera donde, además, es posible degustar la cocina tradicional portuguesa.
Si buscas un alojamiento en concreto, y al mejor precio, te dejamos nuestra reseña sobre el Douro Scala, un cinco estrellas con piscina que cuenta con una interesante relación calidad – precio.
4 | Vino de Cangas, viñedos entre urogallos y osos pardos
¿En Asturias se hace vino? Sí, es una de las cosas que más sorprende a quienes visitan el Principado. El microclima endémico del suroccidente asturiano propicia que se consiga crear unos vinos frescos, jóvenes y de intenso color cereza.
Un recorrido por la carretera que serpentea el valle del Narcea nos lleva a conocer enclaves más allá de las bodegas. Una parada en el renovado Parador de Corias siempre es buena idea (y si quieres saber cómo es pasar una noche dentro, te lo contamos aquí).
Otra de las actividades que está en auge por la zona es el avistamiento de fauna salvaje con todas las garantías de seguridad y respeto al entorno. Siempre debes reservar con empresas autorizadas por lo que nosotros te recomendamos este tour que, estamos seguros, hará de vuestra escapada un momento único.
Otro de los puntos imprescindibles es visitar la villa de Cangas de Narcea y dejarse sorprender por su rica gastronomía tradicional. Nada como una buena fonda después de un día por las montañas y bosques de este paraje, que incluye la Reserva Integral de Muniellos (imprescindible reserva previa para acceder a ella).
5 | Ribeira Sacra, el clásico entre los clásicos
No podemos abandonar este viaje enoturista por una de las rutas del vino más clásicas de toda España. La Ribeira Sacra, en pleno corazón de Galicia, sirve de frontera entre las provincias de Lugo y Ourense.
Un recorrido a través del río Miño y Sil que saciará a los viajeros interesados en la típica gastronomía gallega, el patrimonio popular, las muestras de románico y, por supuesto, unos paisajes impresionantes.
Los enormes acantilados que forma el río Sil hacen que una ruta por sus miradores sea uno de los mejores planes para disfrutar de una escapada única. Además, la buena oferta hostelera hace que sea posible pernoctar en alojamientos para todos los gustos o bolsillos, desde el Parador de Monforte de Lemos hasta coquetos apartamentos rurales, pasando por interesantes balnearios.
Si buscas alguna bodega para visitar, tienes varias opciones. Habitualmente, la visita conlleva la degustación de varios tipos de vino. Nosotros hemos visitado la de Regina Viarum, en el lado lucense de la Ribeira, muy cerca de Monforte. Puedes reservar directamente desde este enlace. Otra opción es la bodega Vía Romana.
¿Buscas algo diferente? ¿Qué tal un paseo en globo por la Ribeira Sacra? Es una de las actividades más emocionantes y románticas que puedes realizar en este paraje que es candidato a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y tú, ¿ya te has decidido? ¿Qué ruta de enoturismo te llama más la atención? Os leemos, como siempre, en el apartado Comentarios.
Recuerda que ser lector o lectora de Mochila de Cromo es totalmente gratuito por lo que si te ha gustado este artículo, te animamos que lo compartas en tus redes sociales y nos dejes un like. Parte de los enlaces que verás en el artículo son de afiliación por lo que te aseguras reservar al mejor precio mientras disfrutas de actividades únicas. ¡Nos leemos!