Aunque el vecino Somiedo parece querer quitarle protagonismo, el concejo de Belmonte de Miranda (Asturias) está demostrando que cuenta con todos los protagonistas para convertirse, por méritos propios, en un destino imprescindible en el Principado. Buena gastronomía, píldoras de paisaje y paisanaje únicas así como un legado histórico que os sorprenderá. Todo esto, y mucho más, es lo que os espera en Belmonte de Miranda. Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
Enclave perfecto para disfrutar de unos días en pleno contacto con la naturaleza, Belmonte de Miranda sorprende al viajero que busca un entorno completamente natural pero, a su vez, con multitud de recursos para completar su experiencia de viaje. A una distancia de unos 55 kilómetros desde Oviedo (unos 50 minutos en coche), son varios los pueblos y aldeas que merece la pena visitar.
Conocer la simbiosis entre el lobo y su entorno o la importancia de la minería del oro. Sucumbir a la buena gastronomía de la zona, basada en productos de calidad, o enamorarte de aldeas llenas de historia. Ecoturismo de libro que, en conjunto, hace de Belmonte de Miranda un destino impresionante y lleno de posibilidades.
Si buscas qué hacer o qué ver en Belmonte de Miranda, os traemos hasta 8 alternativas para que caigáis rendidos a este pequeño municipio occidental asturiano. Incluso, te recomendamos dónde comer y dónde dormir. ¿Comenzamos?
1 | Casa del lobo y su cercado
Quizás sea el museo más conocido de la zona. La propia capital del concejo cuenta con un centro de interpretación del lobo ibérico. Así, podemos conocer de primera mano qué es lobo, su actividad, el por qué de su guerra abierta con la ganadería y comprender, de una manera fácil, la importancia del mismo dentro del ecosistema.
Una vez visitado el centro, podemos acercarnos hasta un cercado donde observar a los canes en plena naturaleza. La guía os haré algunas apreciaciones sobre su estilo de vida y hábitat. Visita recomendable y apta para las familias. Podéis descubrir todos los detalles en su propia web. Imprescindible reserva previa.

2 | Aula del oro
Ubicado frente al parque, la antigua cárcel de la villa acoge un centro dedicado a este preciado mineral. Un espacio museístico imprescindible para conocer la importancia de las explotaciones áureas en las inmediaciones.
No muy lejos, encontramos una explotación de mina a cielo abierto que aún continúa su actividad: El Valle – Boinás. Como dato, esta moderna instalación permite obtener hasta 50000 lingotes de oro al año. Ya no se trabaja a cielo abierto sino a través de galerías subterráneas.
Si quieres conocer más, puedes echar un vistazo a la propia web del aula. Entrada gratuita.

3 | Agüera, la antigua capital
Sorprende que, en plena carretera AS – 227, nos encontremos una pequeña aldea llena de historia. Hablamos de Agüera (no confundir con Agüerina, de la que también hablaremos), la que está considerada antigua capital tanto de Belmonte de Miranda como de Somiedo.
Cuenta con un rico patrimonio etnográfico donde parece que el tiempo se ha detenido pero, lo que más destaca, es su iglesia. La de San Andrés, que data del siglo XVII, es un ejemplo de la arquitectura popular religiosa asturiana.

Aunque suele estar cerrada, una simpática vecina (casa anexa al templo) os podrá dar las llaves para que veáis su interior. Se salvaguardan dos sarcófagos en su interior, con un estilo similar al de las catacumbas, anexos al altar. En la fachada, encontraremos el escudo de la familia Cienfuegos.
Según nos dicen los vecinos, no tiene luz por lo son ellos mismos los que sufragan los gastos del mantenimiento. Estamos seguros que la Administración será conocedora de estos hechos y pronto otorgará el papel que se merece a esta coqueta aldea a la vera del río Pigüeña plagada de leyendas.

4 | Casa del Cardenal Cienfuegos, Agüerina
La versión mini de Agüera, podríamos decir. Este pequeño pueblo cuenta con una impresionante casona del siglo XVII. Bien de Interés Cultural, se encuentra junto a la carretera, por lo que no tiene pérdida ninguna.
Con hasta 700 metros de superficie construida, cuenta con su propia capilla. La finca muere en la refrescante orilla del Pigüeña. Lamentable, nos tuvimos que quedar con las ganas de ver su fausto interior al ser de propiedad privada. Eso sí, se alquila por temporadas de manera íntegra así que ya sabéis cómo conseguir verla por dentro.

5 | Leiguarda, la pequeña toscana mirandesa
Nos ha sorprendido para bien. Ubicado en la parte alta del concejo, Leiguarda (o Lleiguarda) sorprenderá a los viajeros más curiosos al contar con una preciosa iglesia con vistas panorámicas.
Rodeada por una plantación de arándanos, las vistas desde la iglesia de Leiguarda hacia el valle del Pigüeña son todo un placer para los sentidos.

6 | Antigua mina romana de La Corona
Volvemos a disfrutar de la historia de Belmonte de Miranda a través de su patrimonio histórico. En el Alto de Las Estacas apreciaremos unas preciosas vistas hacia el valle de Boinás.
Justo donde comienza la ruta vaquera de Belmonte (PR.AS – 145), encontramos la histórica mina de La Corona, de origen romano. Sobrecogen las vistas desde aquí, dibujadas por la silueta del pico La Corona.

A través de la ruina montium, los romanos idearon un sistema que combinaba el agua y el fuego para romper las rocas y así extraer el mineral. Hoy en día, el antiguo canal de captación de agua se conserva como camino. ¿No es increíble?
7 | Boinás, Quintana y otros pueblos con encanto
Si continuamos por la AS – 310, carretera que se encuentra en perfecto estado y con anchura suficiente, nos dirigiremos hacia los pueblos con mayor encanto del concejo.

A pesar de la mina de oro en activo, apenas se ve rastro desde la carretera. Una mirada hacia la parte sur del valle nos invita a perder nuestra mente con las preciosas imágenes del pico Manteca. La nieve por los altos y el bosque renanciendo después del duro invierno transmiten una paz que solo es posible vivir en este rincón del Principado.
Los regueros y arroyos hacen que sea una tierra viva. Brota agua desde cualquier punto por lo que los bosques adquieren una magia única. Nada mejor como acercarse hasta la panorámica iglesia de Quintana o la de San Cosme, en Las Estacas.

8 | La catedral del valle
Terminamos nuestro recorrido por el concejo saliendo por su extremo norte. Ya cerca de la confluencia del río Pigüeña con el caudaloso, y salmonero, Narcea, nos encontramos una preciosa iglesia que capta nuestras miradas.
Ubicada en el pueblo de Samartín de Llodón, se tiene constancia de estas tierras ya en época medieval. Su iglesia, de vivos colores, destaca por su estilo historicista. Data de 1921, por lo que traspasa la barrera del centenario.

El matrimonio De la Noceda – Díaz fue el encargado de hacer las donaciones para levantar este templo, restaurado tras la Guerra Civil y, posteriormente, a principios del siglo XXI.

En la zona, según recogen los lugareños, aún es posible encontrar plantaciones de naranjos y cítricos, memoria de la gran huerta frutícola que en el siglo XX se exportaba a Reino Unido.


¿Dónde comer y dormir?
Aunque existen varios alojamientos, para todos los gustos y presupuestos, a lo largo del concejo, nosotros os recomendamos el Gran Hotel Rural Cela. Un edificio centenario que acoge un coqueto tres estrellas con todos los servicios de un hotel urbano pero con la tranquilidad y encanto de los alojamientos rurales.
Desde cómodas habitaciones dobles a pequeñas suites con bañera de hidromasaje, como la que nos alojamos. Si buscáis algo ideal para una escapada romántica, no dudéis reservar la suite con vistas al parque y con un jacuzzi, enorme y privado, para vosotros dos.




Sus desayunos son ideales para quienes buscan cargar las pilas para un día de montaña o de turismo rural, visitando esta selección de lugares con encanto. Además, su cocina se basa en productos frescos, de calidad, y de kilómetro cero. Nada como un buen pote, fabada o un cachopo especial Cela para disfrutar de los mejores manjares de la gastronomía asturiana.
Si quieres conocer todos los detalles, puedes hacer click en el artículo que escribimos sobre este magnífico hotel. Y si has estado, cuéntanoslo en Comentarios.

Como veis, el asturiano concejo de Belmonte de Miranda sorprende por la cantidad de posibilidades y recursos con los que cuenta. Mas allá de lo más conocidos, como el cercado del lobo o el aula del oro, es sumamente interesante recorrer sus valles y montañas buscando esa paz y tranquilidad únicas. Un concejo que, poco a poco, está mostrando al mundo y que nada tiene que envidiar a otros puntos mas reconocidos, como Somiedo o la comarca de Narcea.
¿Conocías esta zona? ¿Qué añadirías o quitarías de esta lista? Os leemos, como siempre, en el apartado Comentarios.
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