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Ruta de los molinos de Bimenes (PR.AS – 141) | Mochila de Cromo

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Una ruta sencilla, dog-friendly y apta para ir con niños. La ruta de los molinos de Bimenes, en plena comarca de la Sidra, y a los pies de la impresionante sierra de Peñamayor, es perfecta para quienes buscan un remanso de paz y tranquilidad en el corazón de un bosque asturiano. ¿Quieres conocer todos los detalles? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Las brumas de la mañana quedan encajadas en los valles de la comarca de la Sidra. La facilidad para acceder a esta ruta, gracias a la conocida como autovía Y de Bimenes, hace que sea perfecta para quienes buscan una ruta fácil, vistosa y para nada masificada, donde disfrutar del murmullo del río a la vera de los molinos.

Una ruta que nos recordará, por su propia idiosincrasia, a la ruta de los molinos del río Profundu, en Villaviciosa.

Debemos fijarnos al comenzar

Debemos admitir que muchas veces tenemos una señal justo delante de nuestros ojos y no la vemos. Algo similar ocurre en la ruta de los molinos de Bimenes ya que, dejado el coche en el aparcamiento de La Llera, a los pies de la sierra de Peñamayor, nos encontramos con un pequeño puente en no muy buen estado que parece invitarnos a comenzar el camino.

Si bien parece que es la ruta, pronto se complicará con subidas por un camino desdibujado entre la maleza y dejando el río Fuensanta a nuestra izquierda, cada vez más lejos. Por tanto, si no queremos comenzar con mal pie, debemos fijarnos por dónde comienza, correctamente, dicho sendero. La señalización está clara, pero somos nosotros los que no atendemos a las indicaciones.

Tras este pequeño percance, atravesamos un puente (ahora en perfecto estado) que nos lleva hacia la parte izquierda del valle donde veremos los molinos.

Un comienzo muy suave y precioso

Destaca el paisaje que nos encontramos. Las praderas tienen como telón de fondo la característica mole caliza de la sierra de Peñamayor. El sendero, un camino sin ningún tipo de riesgo ni de dificultad, nos lleva con el crujir de nuestras pisadas hasta uno de los primeros molinos, donde encontraremos un área recreativa con varias mesas tipo merendero y una simpática poza. Aunque quizás ahora mismo no esté como para meterse, aseguramos que es un enclave idílico para los calurosos días del verano astur.

Atravesado de nuevo el río para dirigirnos al margen derecho, será el punto donde nos adentraremos de lleno en el bosque, alejándonos del cauce por unos minutos.

Una vez ganada la altura, existe una zona de piedras que nos recordará a la parte final del desfiladero de los Arrudos, en Caso.

Es un tramo lleno de magia que parece sacado de cuento. Las formas caprichosas de los troncos parecen retorcerse para dar formas fantasmagóricas mientras que el liquen y otros musgos cubren, de vivos colores, las piedras del camino.

Si vais en un día de lluvia o en época lluviosa, os recomendamos precaución además de un buen calzado.

Un recorrido lleno de saltos y cascadas

El hecho de que esta zona utilizase la fuerza del agua para moler el trigo y la escanda demuestran que este angosto valle cuenta con abundantes cascadas a lo largo del mismo.

Nuestra siguiente parada, desviándonos apenas un par de metros del camino principal, es un precioso conjunto de pequeñas cascadas que, para los amantes de la fotografía, se convierte en un escenario imprescindible que llevar guardado en nuestra cámara.

Después de este punto, comenzamos una subida, ahora ya más pronunciada para salir del bosque y adentrarnos en la parte alta del valle.

Dejando a mano izquierda una ganadería, y con vistas a los pueblos de alrededor, nos topamos con un desvío donde confluyen tanto esta ruta, la PR.AS – 141, así como la senda Peña El Hombre, PR.AS – 142 (pudiendo hacer una interesante circular).

Nosotros debemos dirigirnos hacia la derecha para llegar al más espectacular de los molinos que visitaremos, el Molín de Milio. Podemos ver otro más, el de Honorio, unos metros más arriba pero nosotros no lo hicimos ya que el entorno del de Milio invitaba a disfrutar del buen tiempo y del rumor de las numerosas cascadas que jalonan este enclave donde la magia y la mitología parecen cobrar vida.

Aunque el molino estaba cerrado

Habíamos leído que los molinos se pueden visitar pero, a pesar de que cuenta con paneles informativos sobre los usos que se hacían del agua en esta zona, se encuentra cerrado.

Después de hacer un pequeño picnic solo nos queda deshacer nuestros pasos, permitiéndonos contemplar las bellas estampas que se alzan ante nuestra mirada.

Al finalizar, habremos recorrido unos siete kilómetros, sin apenas dificultad y sin riesgo para los niños, siendo una estupenda ruta para hacer con perros (como fue nuestro caso). También es ideal si no dispones de mucho tiempo o bien la haces en invierno, cuando las horas de luz se reducen.

Si además te encuentras por la zona, te recomiendo estas actividades que seguro te serán de interés:

¿Has realizado esta ruta? ¿Qué te ha parecido? ¿Os gustaría que hiciésemos un recopilatorio con rutas y senderos sencillos por Asturias? Te leemos en el apartado Comentarios.

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