El impresionante santuario entre Laciana y Babia

Ubicado el extremo oriental del valle de Laciana y haciendo frontera con la siempre excepcional Babia, el santuario de la Nuestra Señora de Carrasconte se alza, discretamente, entre minería y enormes valles de origen glaciar. Además, cuenta con su propia leyenda. ¿Quieres conocer más? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Los rincones de la Montaña Leonesa está claro que no nos dejan de sorprender. Ya habíamos visto que, entre las joyas que guarda, podemos encontrar un mineral único que solo se encuentra en el extremo norte de la provincia de León. La gastronomía, los paisajes de ensueño y numerosos pueblos con encanto y tradición nos esperan a lo largo de este vasto territorio.

Entre las fronteras que delimita los valles de Laciana y Babia nos encontramos con un santuario que merece la pena visitar. La carretera para llegar hasta allí atraviesa todo el valle de Babia, con el impresionante marco de la Cordillera Cantábrica de fondo. Un camino serpenteante, que atraviesa tranquilos pueblos de montaña, nos lleva sin dificultad hasta el santuario de Carrasconte.

Un lugar mágico

La parroquia de Carrasconte, perteneciente a Cabrillanes, se eleva entre las antiguas explotaciones mineras de la zona. Una carretera en perfecto estado y con preciosas vistas panorámicas nos acerca sin dificultad hasta este santuario.

Podemos dejar nuestro coche junto al hotel La Mora o en el propio aparcamiento frente a la iglesia. Aunque ahora reina el silencio, cada 15 de agosto son cientos los feligreses que acuden, en romería, hasta este lugar. La tarde anterior, son también muchos los que se acercan hasta Carrasconte, por la noche y portando antorchas, para dejar ofrendas y donativos a los pies de la Virgen. Una imagen que, como manda la tradición, ha de ser besada por los romeros y las romeras.

Origen de los valles de Laciana y Babia

Si de algo puede presumir Carrasconte es que, pese a la aparente simplicidad del lugar, esta cargado de historia e, incluso, leyendas.

El término Carrasconte, de hecho, es una mezcla entre ligur y griego, significando algo así como piedra alargada. De hecho, podemos observar la piedra furada, posible lugar de culto antes de tiempos cristianos donde se celebraban las ceremonias a la diosa de la fertilidad.

Alfonso X «El Sabio» escogería el paraje de Carrasconte para otorgar, en 1270, la Carta Puebla a las comarcas de Laciana y Babia, delimitando así este territorio de la montaña de León.

En el siglo XVII, se construiría tanto el santuario como el hospital para acoger a los romeros que se acercaban. Punto muy interesante en el camino de montaña que unía los senderos del norte de León, fue un punto vital para muchas personas que se encontraban en una situación de vulnerabilidad en aquellos tiempos, como las doncellas pobres, viudas o minusválidos.

Entorno envidiable y de leyenda

Y como no podría ser de otra forma, también el paraje cuenta con su propia leyenda. Según dicen los mayores del lugar, hace mucho, mucho tiempo, por aquí vagaba un campesino que recientemente había perdido a su mujer. Aturdido por el calor tan característico de la zona, se acostó para descansar del largo camino. De repente, una fuerte tormenta apareció y, entre el rugir de la tormenta, la imagen de la Virgen apareció ante los atónitos ojos del campesino, indicándole que crease allí un santuario en su nombre. Así nació el santuario de Nuestra Señora de Carrasconte.

Sea o no cierto, lo que sí podemos dar Fe es que el paraje y entorno es de postal. Además, en la zona puedes encontrar recursos turísticos muy interesantes perfectos para disfrutar de la Montaña Leonesa durante una escapada:

¿Conocías este santuario escondido entre los valles de Laciana y Babia? ¿Sabes de otros lugares que merezcan la pena por la Montaña Leonesa? Déjanos tu aportación en el apartado Comentarios.

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