Mochila de Cromo

Braña del Río, los lagos de la cuenca minera asturiana

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Langreo es un concejo que destaca por su rico patrimonio industrial donde la industria minera ha jugado un papel determinante a finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX. Hoy en día, a su amplia actividad industrial, se une un potencial turístico donde las visitas a dicho patrimonio se combinan con lo atractivo del entorno natural, tal y como podemos observar en las lagunas de Braña del Río. ¿No nos crees? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Sí, nosotros también estamos pensando lo mismo, no creíamos que Langreo, ese municipio de las comarcas mineras asturianas ubicado en la zona central asturiana contase con lagos, con todas las de la de la ley. Pero eso es porque no practicamos deportes como el descenso o la mountain bike ya que el entorno de Braña del Río es punto de encuentro de los aficionados a estos deportes y que, ahora, se muestra al senderista como tú y como yo.

Todo comienza en La Braña

Hablamos de nuevo del pueblo de La Braña en el blog ya que esta aldea con encanto, donde las casas tradicionales, los hórreos y las casonas de la industria minera conviven en armonía, ya fue testigo de nuestra escapada por la Senda del Trole, siguiendo el trazado del ferrocarril que unía este lugar con el municipio de Siero. Una ruta muy sencilla y apta para toda la familia, que os permitirá tener una visión más amplia del patrimonio industrial del concejo, así como de su historia.

Dejando nuestro coche en el pequeño aparcamiento junto a las piscinas municipales (buenísima pinta para una tarde de verano o como chapuzón después de la ruta), nos encaminamos por un sendero ascendente para comenzar la ruta, que nos llevará, en un primer momento, por un precioso bosque de castaños y hayas, mientras dejamos a mano izquierda varias fuentes.

La más grande es la fuente de Santiaguín, la última que nos encontramos antes de comenzar la suave subida hasta alcanzar la carretera que conduce hasta el pueblo de Braña del Río y donde, tras recorrer apenas trescientos metros, nos desviaremos hacia la izquierda, siguiendo las indicaciones en los carteles para, ahora sí, realizar una fuerte subida por un camino que no está del todo desbrozado, dejando a mano derecha una típica cuadra abandonada, hasta toparnos con la aldea de La Ceacal, donde ya se divisan bonitas vistas de la zona central asturiana.

Subida, que merece la pena, hasta el Mirador del Peruano

Tras el cruce de caminos que encontramos en La Ceacal, ascendemos unos metros por la carretera asfaltada para luego girar a la derecha. Tras pasar un bonito lavadero, empezamos de nuevo otra subida que, si bien no tiene una complejidad técnica, se hace harto incómoda ya que, en el momento que nosotros hicimos la ruta, el camino estaba totalmente salvaje, con la maleta a la altura de nuestra cadera en la parte superior del camino, tras pasar el bosque.

Dejando una piara a mano izquierda (vaya vistas tienen desde aquí los cerdos), ascendemos sin complicaciones hasta el conocido como Mirador del Peruano. Una atalaya panorámica que se alza sobre los principales valles de la Asturias central y donde poder observar todo el entorno de la cuenca minera asturiana, así como el valle de Siero, con Peña Careses al fondo. La Sierra del Aramo, la del Cuera o unos tímidos Picos de Europa al fondo parecen querer darnos la bienvenida en este privilegiado mirador, punto ideal para tomarnos el bocata.

A través de la antigua explotación

El camino continúa ahora por una pista de grava, ancha y sin dificultad alguna, bordeando lo que fue la mina a cielo abierto que hoy, por suerte, y tras los trabajos de reforestación de HUNOSA, luce como una montaña más. La cuidada selección de especies autóctonas, entre los que destacan los acebos o los castaños, hace que el paisaje se haya vuelto dinámico y que se haya podido recuperar este espacio. Hoy en día, la empresa pública HUNOSA ha cedido estos terrenos al Ayuntamiento de Langreo con el fin de que los vecinos y ganaderos del concejo puedan tener un nuevo espacio de pastos, así como incentivar la recuperación del entorno a través de actividades lúdico-deportivas que supongan un motor económico más para la zona.

Bordeando lo que sería la parte alta de la mina, y tras dejar a mano izquierda unas vistas panorámicas de El Entrego, comenzamos un suave descenso que nos lleva, sin pérdida alguna, hacia la joya de la corona de esta fantástica ruta: las lagunas de Braña del Río.

Destacan estas manchas de agua en lo que fue la antigua explotación minera que terminó su actividad a finales de los años 80 y que, según pudimos saber, fue necesario recuperar objetos del fondo de las lagunas, como maquinaria y utensilios de la propia mina.

La belleza del lugar hace que nos sorprendamos por tener este tesoro tan cerca de casa. Después de hacernos alguna foto o contemplar las vistas, continuamos nuestra bajada, entre pinares, hacia el coqueto pueblo de Braña del Río.

Es un buen punto para hacer una parada antes de volver al inicio de la ruta ya que dispones de fuente con agua potable, así como un área recreativa con vistas panorámicas, que incluye unos bancos y columpios. Una idea estupenda para un picnic en familia durante el fin de semana.

Desde aquí, ya por carretera asfaltada, nos acercamos hasta el mismo punto donde nos habíamos desviado al comienzo de la jornada, deshaciendo el camino (ahora de bajada) hacia la fuente de Santiaguín, teniendo algo de precaución por si el firme está resbaladizo por las lluvias o la propia humedad del bosque.

Ruta sencilla y para toda la familia

Destaca esta ruta por la sencillez de la misma, ya que el desnivel no es pronunciado, salvo algunos tramos donde el camino no está accesible al cien por cien debido a la maleza, aunque creemos que desde el consistorio estarán al tanto y se limpiará en los próximos meses.

Sendero panorámico, perfecto para comenzar en el mundo del senderismo, en un entorno que no está para nada explotado turísticamente pero que cuenta con joyas como esta que lo hacen único. Si buscas planes por la zona, te recomendamos que eches un vistazo a otras visitas y experiencias que hemos hecho:

Muchas veces buscamos alternativas a cientos de kilómetros de casa y no apreciamos el patrimonio industrial y natural de nuestro entorno. Sin duda, la perfecta simbiosis entre las administraciones públicas y privadas ha permitido recuperar este espacio que, sin duda, dará mucho que hablar en los próximos años.

¿Has estado por el entorno y quieres dejarnos tu impresión? ¿Conoces rutas que combinen el patrimonio natural único asturiano con su marcada seña industrial? Recuerda que nos leemos, como siempre, en el apartado Comentarios.

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