¿Pensando en una escapada al valle del Duero portugués? Además de enoturismo por sus quintas y bodegas, puedes disfrutar de la cocina portuguesa en los numerosos restaurantes, bares y tascas típicas que inundan la región. ¿Quieres conocer nuestras recomendaciones? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
En nuestra escapada al Alto Douro tuvimos oportunidad de conocer, de primera mano, diferentes restaurantes donde pudimos probar desde el producto local más conocido, es decir, el bacalao, hasta carnes acompañadas con los mejores manjares de la tierra (y el arroz, por supuesto). En este artículo os traemos una recopilación de tres de los restaurantes que visitamos y que esperamos que os sirvan para organizar vuestra escapada a esta región portuguesa tan bonita (y que huele a vino, por supuesto).
Antes de comenzar, recuerda que aquí puedes leer el artículo sobre el hotel Douro Scala, el cinco estrellas donde nos alojamos. ¿Comenzamos?
The River, Peso da Régua
Ubicada en la ciudad de Peso da Régua, The River es un espacio multidisciplinar donde disfrutar de una cocina refinada y exquisita, con precios algo más elevados que los restaurantes tradicionales de la zona. Ubicado en los antiguos almacenes de la estación de tren de Peso da Régua, destaca la decoración del local, dividido en dos plantas y donde todo está organizado y dispuesto con mucho mimo, con detalles únicos como el pequeño sobre junto a los cubiertos para que deposites tu mascarilla.

Si hablamos de medidas de seguridad e higiene, destaca el enorme purificador de aire que hay en la planta superior aunque, lamentablemente, no se cumple la distancia de seguridad si el aforo se completa ya que las mesas quedan a una distancia demasiado cercana, para nuestro gusto.
¿Hablamos de los platos? En The River nos fuimos a los básicos de la cocina portuguesa, casi sin dudarlo. Guille se pidió un bacalao en láminas, cuya ración era muy abundante mientras que yo me decanté por lo que en carta se conoce como una selección de carnes de cerdo acompañado de patatas chips y arroz basmati.

Al comienzo te comentan cómo funciona un poco el tema de la elección de los platos y es que, la mayoría de ellos, son el principal y luego debes añadirle una salsa (en mi caso, vinagreta) junto a dos acompañantes: desde risotto con setas hasta patatas cocidas o picantes, pasando por ensalada verde o algo más completo… ¡tú decides!

Los postres están increíblemente buenos, con un coulant (ellos lo llaman bomba de chocolate) acompañado de sorbete de cítricos. Un imprescindible para terminar una velada perfecta con un muy buen sabor de boca.
¿Puntos débiles? Nos atendieron alrededor de seis camareros, entre quien toma la comanda, te sirve agua, te trae los platos, quien te acompaña a la mesa. Como fuimos pronto a cenar me sentí un poco observado, aunque una vez la sala se llena ya ni siquiera vienen a servirte el agua. Están enfocados a que pidas vino y puede hasta parecerles raro que no consumas una simple copa, cosa que en nuestro caso no ocurrió. La clientela era, mayoritariamente, extranjera.
Aunque salimos contentos, en términos generales, haciendo una comparación con el resto este sería el que tuvo una relación calidad-precio más baja, con una media de 25€ por persona, pidiendo un plato único, postre para compartir, sin pan y con agua.

Taberna Convívio, Mesao Frio
Acercarse hasta el precioso pueblo de Mesao Frio ya es toda una experiencia en si misma ya que, a medida que dejamos el río Duero a nuestras espaldas, parece que retrocedemos en el tiempo donde la saudade portuguesa aflora en cada rincón, dándole un toque triste y melancólico, pero con encanto, al pueblo.
Sin pérdida, nos acercamos hasta la taberna Convívio, un pequeño establecimiento donde no existen las pretensiones y donde se come como los locales, tanto en cantidad, formas como precio, dato más que interesante.
El mantel de tela se cambia por uno de papel blanco, lo que no desmerece que el local esté limpio y lleno de parroquianos que disfrutan de las carnes típicas de la zona. A un precio que podría ser de risa, nos pusieron dos enormes filetes (en realidad, eran más gordos de lo que entendemos como filete en España) con una abundante ración de patatas fritas, ensalada y un arroz con aromas a laurel que estaba delicioso.
El trato fue cordial, tampoco tan amable como podríamos esperar pero es que estamos viviendo la esencia portuguesa con mayúsculas, en un pueblo donde el turismo aún no ha llegado de manera masiva. ¿El precio? Tan solo 12€ por persona, siendo plato único (aunque creedme que salimos llenos) y bebiendo botella de agua.
Si quieres adentrarte a probar la auténtica cocina portuguesa, sin florituras y un tanto ruda, esta taberna es tu imprescindible. Admite pago con tarjeta.

Aneto Wines&Table, Peso da Régua
Volvemos a Peso da Régua para adentrarnos en Aneto Wines&Table, el restaurante de la misma familia que tiene una quinta con bodega a orillas del río Duero y que, finalmente no visitamos, aunque nos quedó pendiente.
Ubicado también en los antiguos almacenes de la estación de tren (se han reconvertido en su totalidad en un espacio gourmet con restaurantes y tiendas delicatessen), el Aneto nos sorprendió por el lujo en los detalles y por el trato del servicio, desde la chica que parecía la encargada hasta los otros camareros, profesionales y atentos en todo momento, con un fluido inglés que nos permitió disfrutar de una agradable cena… miento, de dos cenas. Y es que nos gustó tanto la primera noche que decidimos reservar para la tercera.
Os aconsejamos reservar ya que el local también cuenta con dos plantas pero es pequeño, dentro de lo que cabe, con una decoración que conjuga el típico corcho portugués en sus paredes así como las botellas de la bodega familiar en las estanterías. El techo alto de madera, el del antiguo almacén, le da un toque sensacional.

En la carta puedes disfrutar de platos fríos, calientes o tapas maridados con los vinos familiares (ellos mismos te recomiendan qué pedir con qué) y con unos precios que nos parecieron increíbles para lo grande que eran las raciones (y la calidad de las mismas). Desde la tabla de quesos o la tabla mixta de embutidos y quesos (sendas por 16€) acompañadas de fruta, frutos secos y membrillo anisado, hasta el plato de salchicha portuguesa (dos rollos hojaldrados de carne picada especiada, similar al criollo pero más suave con una abundante ensalada de canónigos) o los entrecot de ternera, acompañados con puré de aceitunas y ensalada completa.
¿Me creéis si os digo que me he enamorado de una tarta de queso? Y no es para menos, ya que la tarta de queso del Aneto es de limón (puntazo) y viene acompañado con salsa de frutos rojos, frambuesas y arándanos. Un placer que no hemos compartido, lo rico hay que disfrutarlo con calma y saboreándolo.
¿El precio? Fueron unos 55€ para dos personas pero, a diferencia de The River, este incluyó la tabla de entrante (quesos completa o mixta de quesos y embutidos), el plato principal para cada uno, agua y copa de vino (desde 3€ la mayoría hasta los 5€ de su gran reserva) y postre.

No es de extrañar que esté en primera posición en los buscadores de restaurantes ya que, sin duda, es la mejor apuesta que hemos probado. Trato de diez y cocina de once.
Y si alguno de los vinos os ha gustado, sólo tenéis que acercaros hasta la caja para comprar el que más os guste (rosado, tinto o blanco, además de los especiales para postre o espumosos) con precios más que razonables dada la calidad de los mismos. ¡Perfecto!

Y vosotros, ¿conocéis más restaurantes que nos podáis recomendar por la zona y que podamos añadir a la lista? Os leemos, como siempre, en el apartado Comentarios que encontraréis más abajo.
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Un comentario sobre “¿Dónde comer en el Alto Douro? 3 restaurantes que hemos probado (y os recomendamos)”