Ría de Villaviciosa, reflejos de arena y sal

Conocida por muchos, la Ría de Villaviciosa no es sólo uno de los iconos del oriente asturiano sino, también, un espacio protegido idóneo para avistar diferentes especies de aves. Los paseos al atardecer, con los reflejos dorados de la ría, son un imprescindible en tu próxima escapada a Villaviciosa. ¿No me crees? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Como una vértebra serpenteante, la Ría de Villaviciosa divide al concejo del mismo en nombre en dos. Reconocida por muchos, dada la fama que atesora la playa de Rodiles en su desembocadura, la ría es un punto único donde poder avistar diferentes especies de aves y disfrutar de las vistas ya que, mires donde mires, solo encontrarás preciosas panorámicas. Desde El Puntal hasta Rodiles, pasando por Misiegu o llegando a la propia Villaviciosa, la ría ha sido un instrumento de supervivencia, y motor económico, para muchos maliayos y maliayas.

Hoy en día, la Ría de Villaviciosa ha evolucionado y cuenta con un mayor grado de protección medioambiental, contribuyendo a marcarse como un polo de atracción turístico que, sin duda, aún tiene mucho que ofrecernos. ¿Quieres conocer todos sus rincones? Vamos a dar un paseo por la ría. Por mi ría.

El Puntal, símbolo del esplendor

Sin duda, el punto de inicio de nuestra ruta debe ser El Puntal. Este punto, en el extremo norte de la ría, cuenta con varios apartamentos de estética pop que muestran lo que fue esta zona en los años setenta y ochenta. En este punto, se reunía la sociedad más chic de la época, y eran más que comunes las fiestas en los yates que se disponían en la marina.

Hoy en día, el brillo ha desaparecido y se ha convertido en un espacio donde familias enteras disfrutan de largas jornadas de pesca, playa y naturaleza. Muy cerca encontrarás varias casonas que parecen sacadas de cuento, con amplias cristaleras que dan a la ría y donde, si os gusta la fotografía, no podéis dejar la oportunidad de captar las barcas en la orilla con los reflejos de la ría.

La isla del monasterio

Uno de los datos más interesantes, y a su vez, más desconocidos, es el hecho de que, hace muchos años, en una pequeña isla frente a San Martín del Mar, había un monasterio. Hoy en día apenas se conserva una ermita, ya que la dificultad para acceder a este islote hizo que cayese en abandono.

Nuestro recorrido continúa por el margen izquierdo de la ría, en paralelo a la misma a través de la VV-5. Podemos hacer parada en el Centro de Intepretación de la Ría de Villaviciosa, donde descubrir por qué este espacio es Reserva Natural Parcial y también conocer la multitud de aves que hacen de este espacio una Zona de Protección Especial (ZPE).

Tras acercarnos hasta Villaviciosa, bordeamos para situarnos al margen derecho de la ría y observar los porreos, extensos campos que, a principios del siglo XX se secaron por parte de los industriales holandeses llegados a industrializar esta parte de la región y que, con la precisión y experiencia holandesa, consiguieron ganar terreno al estuario. Así, estas extensiones de terreno servían para la agricultura de la zona, como espacios sumamente fértiles que quedaban por debajo del nivel del mar. Todo una labor de ingeniería que, hoy en día, ha perdido terreno para devolver, de forma natural, su estado original.

Champaneras centenarias y molinos de mareas

Quizás el punto más reconocido de la ría, a excepción de la playa de Rodiles, sea precisamente la champanera Sidra Gaitero. Merece una mención especial ya que la industria de la sidra evolucionó de forma exponencial con el paso que marcó esta fábrica de espumosos que, hoy en día, ofrece visitas guiadas en su interior. La torre de la fábrica parece ser testigo mudo del ir y devenir del paso del tiempo en la ría y de cómo se ha transformado el paisaje a su alrededor. Las mariscadoras han ido dejando paso, poco a poco, a los remeros de las escuelas de piragüismo.

Continuando nuestro camino, ahora por la N-632, podemos encontrar un molino de mareas. Está algo escondido y no se suele ver bien desde la carretera si hay mucha vegetación, pero merece pasarse a conocerlo en persona. Este molino embalsa las aguas del arroyo de Onón, que baja del cercano Tornón. Aunque hace años que está en desuso, la arquitectura del mismo es símbolo del esplendor que vivió la ría a mediados del siglo XX y de la necesidad de aprovechar los recursos de los múltiples agricultores que había en la zona.

El rincón secreto de Misiegu

Terminamos nuestro recorrido por la ría haciendo una parada en la playa de Misiegu (nuestro rincón favorito). Este coqueto arenal cuenta con una de las casas más características de la zona, de vivos colores y que, hoy en día, está disponible como vivienda vacacional. Hace años, aquí se celebraran conciertos durante las noches de verano: todo un lujazo con el marco incomparable de la ría justo a sus espaldas.

En esta zona también parte un sendero adaptado incluso para personas con movilidad reducida, que bordea todo el margen de la ría hasta la desembocadura de la misma en la playa de Rodiles. Si os acercáis, os recomendamos que lo hagáis ya que os permitirá tener una visión más amplia de todas las marismas (y si tenéis suerte, podréis ver la ría con marea alta, todo un espectáculo para los amantes de la fotografía).

Solo nos queda disfrutar de la brisa marina, los restaurantes y chiringuitos de la zona, hasta acercarnos al eucaliptal de Rodiles, punto de veraneo indiscutible en la sociedad asturiana y, en particular, de la maliaya. Este conjunto de eucaliptos se ha convertido en una seña identidad, y cuenta con varias mesas tipo merendero para disfrutar de un agradable día de naturaleza y playa. Recuerdos de tardes de helados y tortillas que, a muchos y muchas asturianos/as, les devolverá este artículo.

La playa de Rodiles cuenta con bandera azul por la calidad de sus aguas y servicios. Además, la parte oriental de la misma cuenta con un espacio dunar de gran interés biológico y que, en los últimos años, se ha recuperado en gran medida.

La ría que se convirtió en motor económico

El desarrollo de la zona vino de la mano de la industrialización de Asturias. La ría, por su posición privilegiada cerca de las cuencas mineras, y gracias al uso del ferrocarril, permitió el descargue de carbón hacia barcos de mayor envergadura que recalaban en El Puntal. Fue este el motivo de que la ría cambiase su aspecto y se convirtiese en lo que hoy conocemos.

Si bien el ingeniero José Lequerica proyectaba un gran espacio a lo largo y ancho de la ría, lo cierto es que las obras se limitaron a la construcción de El Puntual y el espacio de La Espuncia, donde se ubica El Gaitero. Lejos quedó el proyecto, quizás faraónico, quizás una aberración medioambiental, de la creación de otro muelle en el embarcadero de El Salín, punto que hoy ha sido ganado a la ría para la construcción de viviendas y suelo industrial.

¿Conocéis este espacio? ¿Sabíais que es un punto de interés único para el avistamiento de aves? ¿Conocíais la existencia de un molino de mareas? Estaré encantado de leeros en el apartado Comentarios.

Este artículo se ha redactado con mucho cariño por los recuerdos que nos evoca así que, si lo deseas compartir, te lo agradecemos. Recuerda que puedes seguirnos en redes sociales para estar la tanto de las últimas novedades. Ser lector o lectora de Mochila de Cromo es totalmente gratuito así que no dudes darle like para que podamos crecer como comunidad; estarás apoyando este proyecto sin ánimo de lucro. ¡Nos leemos!

6 comentarios sobre “Ría de Villaviciosa, reflejos de arena y sal

  1. Me extraña mucho q el nivel d información parece trabajado y sin embargo cuentas q en Misiegu, hace años, había conciertos d música clásica…..El festival Enrique Correa, con los «Conciertos sobre la hierba» se sigue celebrando todos los veranos, amediados d agosto, y formando parte d un conjunto d conciertos repartidos por varios enclaves d Villaviciosa.

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