¿Eres amante del MTB? ¿Buscas pasar una jornada con amigos o familia en un entorno natural y con preciosas vistas a la zona central de Asturias? ¿Te apasiona la historia relacionada con la Guerra Civil? Acércate a descubrir La Degollada, en Candamo. ¿Vamos? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos…¡ya!
Visitar La Degollada es visitar el pasado de nuestra región. Tiempos difíciles, injustificables y absurdos que hicieron que primos, hermanos, padres e hijos se enfrentasen por diferentes tipos de ideologías. La cicatriz de aquellos días oscuros se muestra hoy, con toda luz, en el entorno de la sierra de El Pedrosu y Bufarán.
En este punto se llevó a cabo la última ofensiva del bando republicano, el 1 de agosto de 1937, dentro del conocido como Frente del Nalón. El ruido de las ametralladoras inundó el cielo y la contienda se llevó la vida de más de seis cientos hombres, quienes buscaban cortar el paso de los sublevados a través del desfiladero de Peñaflor. La derrota supuso el fin del Frente del Nalón.
Hoy en día, el puente medieval de Peñaflor sólo escucha el tranquilo rumor del Nalón y, quizás, el resoplido de los peregrinos que ven su cercano final de etapa en Grado. En lo alto de la sierra, las cicatrices de las trincheras y los nidos de ametralladoras conviven con grupos de amigos y familias que disfrutan de barbacoas en el área recreativa del mismo nombre. La paz, y el sentido común, vuelven a percibirse en este precioso paraje de Candamo.

Rutas históricas para comprender el pasado
Es muy interesante la propuesta que se ha realizado en el entorno de la sierra, con la creación de hasta tres rutas diferentes para que, quienes quieran conocer un poco del pasado de la Guerra Civil, se acerquen a conocer este espacio.
La Ruta 1 es circular y se dirige hacia el norte de la sierra, por el entorno del parque eólico; son poco más de tres kilómetros y medio, sin apenas desnivel. La Ruta 2 cuenta con varios elementos singulares de interés, siendo esta lineal, de casi cuatro kilómetros de longitud. La Ruta 3 tiene algo más de dificultad; es la más larga y cuenta con un desnivel de 110 metros.
Las rutas 1 y 2 están en el entorno de lo que sería la segunda línea de batalla, por lo que las edificaciones tienen una mayor calidad y están mejor conservadas. En cambio, la ruta 3 recorre los escenarios de lo que sería la primera línea de batalla, con trincheras y nidos mucho más rudimentarios.

En nuestro caso, partimos del propio área recreativa hacia lo que sería la ruta 3. Si bien es cierto que a lo largo de los caminos se encuentran algunas señales sobre la ruta que estamos haciendo, sí que he echado de menos un panel con un mapa donde poder ver las rutas allí mismo, indicando los elementos singulares que podríamos llegar a recorrer. Seguro que pronto lo ponen (o quizás ya esté y nosotros no nos dimos cuenta).
Después de una fuerte subida por el pinar, comenzamos a distinguir los primeros elementos de interés, como las trincheras, en perfecto estado de conservación, con vistas a todo el valle. Estas zanjas excavadas en la tierra permitían la comunicación entre los diferentes puestos defensivos y de ataque, con un trazado en forma de zig-zag para que los tiradores se cubriesen mutuamente los flancos. Desde aquí es posible ver todo el centro de Asturias y, en día despejados como el que disfrutamos, distinguir el Cantábrico u Oviedo. La sinuosa vena del Nalón parece ser testigo mudo de las contiendas que, en esta zona, hubo.

Si continuamos nuestro recorrido pronto veremos un pequeño sendero hacia la derecha, que nos indica la subida (muy cercana) al pico El Pedrosu. Os lo recomiendo ya que las vistas hacia el valle de Candamo son espectaculares y merecen mucho la pena. Además, no hay mayor dificultad, por lo que hasta los peques de la casa pueden hacerlo.

Una vez “coronado” el pico El Pedrosu, descendemos para continuar la ruta 3, con parada para conocer, de primera mano, los nidos de ametralladora. Estos eran unos emplazamientos para las armas en modo automático, hechos de hormigón armado (se conservan intactos). No dudéis acercaros, merece la pena y sobrecoge pensar todo lo que se vivió en esta zona.

La senda continúa hacia abajo pero nosotros decidimos retomar el camino, haciéndola circular, pasando por debajo de las trincheras que antes os comentaba. Así, volvimos hacia el área recreativa… ¡es hora de descansar!

Un área recreativa muy completa
Una de las cosas que más nos sorprendió fue lo grande y cuidada que está el área recreativa de La Degollada. Cuenta con múltiples mesas de merendero, así como parrillas para realizar, con precaución, alguna barbacoa. Además, la sombra y el olor de los pinares que rodean este espacio, invitan al descanso y la lectura, mientras los más pequeños de la casa pueden jugar en el parque infantil. ¡Idóneo como plan familiar o para ir con los amigos!
En este punto, además, se realiza a finales del mes de mayo la Jira de La Degollada. Una oportunidad única para disfrutar de una buena sidra y una comida campera, tras haber recorrido los senderos históricos.

Paraíso del MTB
Los y las aficionados/as al mountain bike encontrarán en La Degollada un auténtico parque de atracciones ya que, la mayor parte de los senderos, están indicados para la práctica en bicicleta de montaña. Los descensos sinuosos, saltos espectaculares y recorridos increíbles están garantizados.
Como veis, La Degollada cuenta con alternativas para todos los gustos: desde los aficionados al patrimonio bélico hasta los amantes de los deportes multiaventura. Las familias cuentan con un espacio de recreo en buen estado y los más aventureros con más de veinte kilómetros de senderos. La cercanía a Grado, Oviedo o Avilés hace que sea perfecto para escaparnos al entorno del concejo de Candamo donde, además, podremos visitar su cueva prehistórica (nos ha quedado pendiente) o bien, en septiembre, disfrutar de la recreación histórica del 36/37 que se organiza en Gruyos, la capital del concejo. ¿A qué suena bien?

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3 comentarios sobre “La Degollada, entre el deporte y las cicatrices de la Guerra Civil”