Somao, la atalaya indiana del Cantábrico

En 2020, el tranquilo pueblo de Somao vivió una jornada de ajetreo y movimiento ya que se convirtió en Pueblo Ejemplar de Asturias, galardón otorgado por la Fundación Princesa de Asturias. Es Somao un precioso pueblo de casonas y palacetes indianas que mira al Cantábrico. ¿Lo conocemos juntos? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

La cultura indiana, de aquellos que se fueron a hacer las Américas y que pudieron regresar, es más que notable a lo largo de la costa asturiana. Son muchos los palacetes y casonas que podemos descubrir en localidades que van desde Colombres, en el extremo oriental, hasta El Pito, en el extremo más occidental.

Precisamente, muy cerca de esta última, se encuentra el colorido pueblo de Somao. Desconocido para muchos, entre los que nos incluimos, ha visto como el hecho de ser galardonado como Pueblo Ejemplar de Asturias el pasado 2020 supuso un revulsivo que ha permitido desarrollar un polo de turismo hacia la zona, lo que conlleva una visibilidad notoria dentro del panorama turístico de la región.

Donde parece que el silencio y la cama aún perduran es en el interior de los jardines de las villas indianas. Todas estas casonas, de vivos y alegres colores, destacan sobre el verde de las praderas y los bosques que rodean al pueblo de Somao. Son auténticas joyas que se encuentran en perfecto estado de conservación pero que, por desgracia, son de titularidad privada por lo que sólo podemos admirarlas desde fuera. Sus bellos jardines, así como su ecléctico interior, queda reservado para las nuevas generaciones de aquellos indianos que probaron suerte al otro lado del Atlántico.

Un lienzo multicolor con vistas al Cantábrico

Nada más acercarnos a Somao vemos una especie de torre de un intenso color amarillo; es, precisamente, la Casa de la Torre, obra de Manuel del Busto (reconocido arquitecto que firma obras como el teatro Palacio Valdés, en Avilés, o el Centro Asturiano de La Habana). Su pináculo es sumamente característico y bien podría ser la seña de identidad del lugar ya que es visible desde cualquier rincón.

Tras él, y continuando la carretera, nos topamos tanto con la casona de El Marciel, así como la iglesia y una serie de edificaciones de marcado carácter indiano. Aquí, junto a la iglesia, encontramos el aparcamiento donde dejar nuestro vehículo: es momento de patear todo el pueblo.

El Paseo Indiano, perfecto para conocer todos los secretos

Nos pareció sumamente interesante que exista un Paseo Indiano donde poder conocer las villas desde el exterior y, así, no perdernos nada. Nosotros hicimos parte de este recorrido y pudimos admirar casonas como El Noceo, el auténtico germen indiano que desató la fiebre de la elegancia y buen gusto en esta localidad praviana, así como La Casona, una de las joyas de la arquitectura indiana de toda Asturias. Su espectacularidad se explica por el precioso panteón ubicado en el jardín de la villa, de estilo modernista, contrastando entre las líneas blancas y azules que parecen ser una honra a las frías y oscuras aguas del Cantábrico que, en algún momento, se compartieron al otro lado del Atlántico, en las costas de Cuba, Méjico y Venezuela. Fue construido por Doña Encarnación Valdés, al enviudar de Gabino Álvarez, con el saber del arquitecto Emilio Fernández Peña; tiene la curiosidad de que, como estaba prohibido enterrar fuera del cementerio, Doña Encarnación tuvo que pedir un permiso especial a la iglesia para que se le otorgase dicho privilegio. Hoy en día, alberga la capilla y diversos sepulcros en su interior.

El Marciel, anexo a la iglesia de la localidad, destaca por su elegancia y sobriedad en líneas rojas y blancas, de clara inspiración francesa. Esta casona es centenaria, ya que data de 1910, pero con una triste historia de deudas y mentiras detrás, por lo que fue vendida a un empresario ovetense.

En la plaza de la iglesia, junto a los jardines donde hoy podemos contemplar el monumento que conmemora el galardón de Pueblo Ejemplar 2020 otorgado por la Princesa Leonor en presencia de toda la Familia Real, podemos encontrar tanto la iglesia, como el centro social (los antiguos cines) y las escuelas. Todas ellas siguen la tendencia de la arquitectura indiana y son obra de los mecenazgos que los indianos daban en favor de sus vecinos, con el fin de impulsar la cultura y el desarrollo.

Vistas de ensueño

Somao destaca por ser una atalaya con vistas increíbles tanto al mar Cantábrico como al río Nalón. A punto de desembocar entre las localidades de San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena, la lengua azul que forma el río por la comarca hace que los paisajes que tenemos ante nosotros sean dignos de postal. Desde el mirador de Monteagudo podréis disfrutar de esta panorámicas que alcanzan hasta la isla de Deva y todo el entorno del aeropuerto.

Para completar vuestra escapada, nada mejor que un tardeo en los bares o restaurantes de la zona. Un paseo entre las casonas indianas y jardines sólo puede cerrarse con un cóctel a la sombra de una de esas centenarias palmeras y revivir, por unos instantes, el lujo y prosperidad de los indianos a principios del siglo XX en esta parte de Asturias.

¿Conocíais Somao? ¿Sabíais que había sido galardonado como Pueblo Ejemplar 2020? Si quieres completar tu visita por la zona, a menos de 15 minutos en coche tenéis el conocido pueblo marinero de Cudillero. Además, toda la Comarca del Bajo Nalón merece una visita, con su impresionante prerrománico y la preciosa Pravia, conocida como capital de Asturias durante parte del período de la Monarquía asturiana.

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