Mochila de Cromo

Camín de Careses, el secreto mejor guardado de Siero

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¿Buscas una ruta para toda la familia y que esté poco concurrida? ¿Fácil, con paisajes únicos y vistas espectaculares a toda Asturias? El Camín de Careses es, sin duda, una de las mejores rutas del concejo de Siero y los motivos los descubriremos en este artículo. Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos…¡ya!

Muy cerca de las piscinas de Pola de Siero, junto al mercado de ganado, y en pleno pueblo de El Rebollal, se encuentra la ruta del Camín de Careses, una ruta de más de 16 kilómetros que, si bien es sencilla y no tiene ningún tramo complicado, requiere de una mínima condición física dada la longitud de la misma.

A lo largo de la ruta atravesaremos varios valles de la zona del concejo de Siero, nos adentraremos en un túnel ferroviario abandonado, admiraremos la mole caliza de Peña Careses y tocaremos el techo de Siero desde Muncó. Un placer para los sentidos próximo a Oviedo y que no debes perderte.

De El Rebollal hacia el área de Vega de Poja

Nada más dejar nuestro vehículo junto al cartel de inicio de la ruta (también lo podéis dejar junto a las piscinas o en el parking del mercado de ganado) comenzamos en ligera subida hacia la derecha, pasando junto a una fuente y varios cruces que están perfectamente señalizados. Tras pasar una casa que dejamos a mano derecha, veremos la primera de las señalizaciones de la ruta y que, aunque en un primer momento giraremos hacia la derecha, tenemos que tener en cuenta que volveremos por la izquierda al finalizar la ruta ya que es totalmente circular.

Una leve bajada nos acerca hasta un arroyo que pronto salvamos para pasear entre las casas del pueblo de Lugarín, y que nos llevan, en poco tiempo y sin apenas complicación, hasta el área recreativa de Vega de Pajo. Destacar que, en realidad, no se hace necesario acercarnos hasta aquí ya que la ruta rodea este área recreativa, por la parte baja de la misma, pero las vistas desde ahí son espectaculares. Además, cuenta con varias mesas tipo merendero, así que puede ser el lugar ideal para realizar una parada técnica mientras disfrutamos del picu Castiellu y, como telón de fondo, toda la cordillera.

Nos adentramos en bosque cantábrico

El recorrido continúa entre leves subidas y bajadas por caminos de hormigón y tierra hasta llegar a una bifurcación, donde podemos tomar una opción A, algo más larga, o una opción B. A pesar de que se confirma que el camino B está algo más embarrado, el paseo entre el bosque se torna perfecto y nos regala unos ratos sombríos, que vienen genial para los días más calurosos.

Tras pasar el arroyo de Villanueva, y dejando el pueblo de a mano izquierda (no pasaremos por él si hemos tomado la opción B) continuamos por carretera para girar, a los pocos metros, hacia la izquierda y adentrarnos, de nuevo, por zonas de labranza donde los paisanos y paisanas comienzan a preparar los terrenos.

Ante nosotros ya se muestra la peña Careses, una imponente mole caliza que nos recuerda al paisaje de los Picos de Europa y que sorprende, sin duda, por ubicarse en este término. Es una zona protegida dado que en ella habitan especies protegidas como el alimoche. Además, se puede hacer escalada, pero es necesario un permiso especial.

Llaneando, dejando un lavadero a mano izquierda, y algunos establecimientos de turismo rural, enfocamos el último tramo hacia el túnel de La Viona.

El fantasmagórico túnel de La Viona

A nuestra espalda, la Peña Caseres, y justo en frente, la oscuridad absoluta. Como si fuera Viaje al centro de la Tierra, nos encontramos con un bóveda que supera los tres metros de altura y que consigue que una ola de frío y humedad impacte contra nuestras caras.

El túnel de La Viona formaba parte del proyecto que se había concebido para instalar una línea férrea entre Sotrondrio y El Musel, en Gijón. Aunque se hicieron varios túneles, siendo este el más grande, el proyecto quedo en papel y nunca vio la luz.

Más allá de la anécdota de introducirse unos metros para contemplar un poco lo que hay, no se recomienda el tránsito ya que hay un derrumbe en la parte final del túnel. No está iluminado ni mantenido por lo que es riesgo es real. Lo veremos desde fuera e imaginaremos que, tras la oscuridad absoluta, nos espera el profesor Lidenbrock.

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Las panorámicas desde Muncó

El sendero continúa hacia la izquierda, subiendo en fuerte ascenso hacia las inmediaciones del cruce con la ruta hacia el Pico Fario. De hecho, la parte panorámica de la ruta, donde se aprecia la campiña de Siero y los concejos limítrofes en todo su esplendor, es la misma que la que sube hacia la cima del Fario.

Descenderemos poco a poco hacia la localidad de Muncó y, tras pasar la carretera AS-337, nos dirigimos hacia los depósitos de agua de la localidad, con pequeñas subidas y bajadas hasta empezar a enfocarnos hacia la bajada, dirección Pola de Siero.

Entre preciosos pueblos, de verdes y cuidados jardines, descendemos de forma suave, siguiendo en todo momento las indicaciones. Con los primeros árboles en flor, encontramos el desvío que nos indica que podemos dirigirnos hacia Les Campes, en la Pola, o bien, volver al punto de inicio de la ruta. Nosotros tomamos, entonces, el camino de la izquierda con una ligera subida que se mantiene durante unos metros. Cuidado seguir de forma correcta las indicaciones ya que parece que el sendero continúa hacia abajo y no, en realidad, va en paralelo a los campos de labranza y cuadras.

Y volvemos al punto de partida

Tras pasar de nuevo la carretera AS-337, tomamos los últimos metros hacia el primer cruce que tomamos al comienzo de la ruta. Ya prácticamente hemos terminado, dejando la Peña Careses a nuestra espalda y retornando sobre los primeros pasos, ahora en descenso, mientras vemos frente a nosotros las piscinas municipales de la Pola.

Como veis, es una ruta perfecta para toda la familia, que se completa en unas cuatro horas, a ritmo suave y parando a sacar alguna foto, beber agua y demás. Se puede hacer en una tarde de primavera o verano, y aunque se indica que es cicloturista, estos deben tener precaución en el tramo que va desde el túnel de La Viona hasta Muncó ya que el camino es sumamente estrecho y no da para que pase una bicicleta en las mejores condiciones.

Destaca la variedad y pureza del paisaje, mientras recorres pueblos y aldeas, comprendiendo la historia de un concejo que, a veces, pasa desapercibido para el resto de asturianos. Un lujazo a pocos minutos de las principales ciudades asturianas y en pleno centro de la comunidad. Sin duda, Siero guarda tesoros, y desde el blog estamos encantados de poder descubrirlos juntos.

¿Conocías el proyecto de La Viona? ¿Sabías que la zona de Peña Careses contaba con tantos secretos? ¿Sabías, además, que es zona de protección especial? Déjame tu opinión en el apartado Comentarios que encontrarás más abajo. Si quieres una ruta algo más suave, te animo a que visites mi artículo sobre la Senda del Trole, en los límites entre Siero y Langreo.

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