A pesar de ser turistas en nuestra propia tierra, siempre hay rincones que parecen inexplorados. Es el valle de Quirós un buen ejemplo: un pasado minero que convive con un patrimonio inigualable donde su embalse, fin de la Senda del Oso, se ha convertido en lo más fotografiado del lugar. ¿Lo conocemos juntos? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

El concejo de Quirós, tras la majestuosa Sierra del Aramo, parece querer esconderse de miradas curiosas. Con un pasado minero, pero no tan explotado como las vecinas cuencas mineras, mantiene intacta la esencia del espíritu asturiano. Rocas calizas, valles verdes, bosques frondosos donde habitan las xanas y los trasgos… y un embalse, el de Valdemurio, que nos da la bienvenida y aporta paz a nuestra panorámica.

Ya sea para una escapada de día, de fin de semana o para practicar deporte en la naturaleza, hoy nos vamos hasta Quirós, el valle escondido.

Entre el Aramo y las Ubiñas

Una de las cosas de las que no se pueden quejar los vecinos del concejo de Quirós es por sus vistas. Al norte nos encontramos con las paredes casi verticales de la sierra del Aramo, conocido mundialmente por ser el Olimpo de los ciclistas. Al sur, las cumbres majestuosas del Parque Natural de las Ubiñas parecen recordarnos que somos invitados en esta bella tierra. Poco tienen que envidiar los Alpes o Pirineos ya que, por estos lares, las moles de piedra, con alturas máximas de más de 2400 metros, marcan el perfil de un sistema montañoso digno de los lugares afamados. ¿Acaso será Bárzana, la capital del concejo, el nuevo Chamonix?

Un desfiladero donde habitan las xanas

Sus bosques son el refugio perfecto para estos seres mitológicos. Sus hayedos, en cualquier época del año, muestran unos colores vívidos donde parece que un lienzo de mil y un colores inunda los rincones de Quirós.

Además, es tal el misticismo de la zona, donde las nieblas cubren las zonas bajas del valle que, uno de los desfiladeros más conocidos de Asturias está en este concejo: el desfiladero de las Xanas. Aunque parte de Villanueva, en Santo Adriano, termina en el pueblo icónico de Pedroveya. Aquí, el texu (tejo) junto a la capilla, nos da la bienvenida. Y nada mejor como reponer fuerzas en el conocidísimo Casa Generosa. No os perdáis el rico patrimonio etnográfico de Pedroveya, donde encontrareis una amplia variedad de hórreos en muy buen estado de conservación.

Bermiego, mirador natural al valle

Uno de los pueblos más bonitos de todo el concejo de Quirós es, sin duda, Bermiego. Conocido por su texu, árbol sagrado para los celtas, y que con sus diez metros de alto, sirve como pértiga en un pueblo donde las vistas panorámicas hacia Las Ubiñas y el propio valle, dibujado por el río del mismo nombre, merecen ser contempladas con calma.

Destaca por su rico patrimonio etnográfico ya que, en un pueblecito tan pequeño, podemos encontrar hasta 32 elementos singulares, entre fuentes, lavaderos, hórreos o paneras. Al encontrarse en la falda de la Sierra del Aramo, los bravos arroyos de la zona alimentan varios molinos. Además, puedes descansar la mente y la vista disfrutando del área recreativa de La Machuela.

Embalse de Valdemurio, lugar imprescindible

Si te apasionan los parajes montañosos con lagos, lagunas o embalses, el embalse de Valdemurio será una delicia. Se encuentra al final de la Senda del Oso (ruta cicloturista perfecta para toda la familia y que se bifurca en dos, uno de los tramos continúa hacia Teverga y, el otro, hacia aquí) y cuenta con un amplio aparcamiento con mesas tipo merendero en el entorno del embarcadero. Si os animáis, las canoas son de alquiler y podréis disfrutar de un agradable paseo por todo el embalse.

Desde aquí, podréis tomar panorámicas de todo el valle y donde los juegos de luces del agua con la roca caliza al fondo te dejarán sin palabras. Aunque está precioso en cualquier época del año, os recomiendo el comienzo del otoño, a finales de septiembre o durante los cálidos días de octubre, para disfrutar de la magia de este lugar al cien por cien. ¿Me creéis ahora cuando os digo que Quirós es el valle escondido? Fijaos cuantas joyas guarda.

Museo etnográfico de Bárzana

Ubicado a la entrada de Bárzana, capital del concejo, viniendo desde Oviedo por la AS-229 (la carretera que vertebra el valle), es un museo imprescindible para comprender el pasado y presente de este Quirós.

Es sumamente interesante las dos vertientes que ofrece este espacio museístico ya que, por un lado, podemos comprender cómo era y como es, a día de hoy, la vida campesina. Además, la historia y el patrimonio industrial se exponen identificando el por qué de la riqueza de los minerales que se escondían en las entrañas de las cimas de caliza. Así, es sumamente interesante la historia sobre la minería del hierro y las fundiciones. De hecho, el museo se construyó a partir de las instalaciones de la fundición Campo El Forno.

Los horarios dependen de la época del año en la que visiteis el valle aunque debeis tener en cuenta que tanto los lunes como los martes, el centro permanece cerrado.

Alto de la Cobertoria, rozando el cielo

Y la última de las joyas es, para mi, el Alto de la Cobertoria. Este puerto, conocido por los amantes del ciclismo y las motos, sirve como nexo de unión entre los valles de Quirós y de Lena. Con sus 1173 metros sobre el nivel del mar, no es para nada uno de los puertos más espectaculares en sí mismo (que me perdonen los expertos de la materia) pero, sin duda, su principal atractivo es una carretera sinuosa, en buen estado, que termina en lo alto donde una especie de área recreativa nos permite observar el macizo de Las Ubiñas en todo su esplendor.

Sólo el graznido de los cuervos y el de alguna moto que disfruta de la carretera perturban el silencio de este valle, escondido, enigmático y lleno de posibilidades. Su cercanía a la capital del Principado, Oviedo, así como sus buenos restaurantes y hoteles hacen que, poco a poco, Quirós adquiera una fama que, sólo los amantes de los deportes de montaña, conocían. ¿Por qué? Quirós tiene fama internacional por sus escuelas de escalada, las posibilidades para disfrutar del parapente a lo largo de todo el valle así como las numerosas rutas, de diferente dificultad, que jalonan los bosques y cimas de este territorio. Mención aparte sus fiestas gastronómicas, como la que se celebra en el Prau Llagüezos, que es un auténtico tributo al cordero.

Ahora os toca a vosotros introduciros en este valle y quedaros tan asombrados como yo de las posibilidades y recursos que ofrece. Es una pena que no lo haya conocido antes. Si no me encuentras, búscame en Quirós.

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