Hotel Astor, Múnich | OPINIÓN

Como os comenté, nuestro viaje a Baviera y Hallstatt se puede resumir en un trepidante circuito con muchos lugares por ver en poco tiempo. Por eso, hemos dormido cada noche en un hotel diferente y hoy os escribo sobre nuestra última noche en Baviera. ¿Continuaremos nuestra racha de buenos hoteles? ¿habrá sido un auténtico fracaso? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Hay veces que, aunque mires y mires fotos u opiniones sobre un hotel, te equivocas; y esa ha sido la sensación con el hotel Astor en la capital de Baviera.

Si bien es cierto que los alojamientos en esta zona de Europa se basan en muebles antiguos de madera oscura, moqueta que pide a gritos una renovación, exceso de decoración con fuerte presencia de sombreros bávaros con plumas así como una nostálgica sobriedad externa en fachadas y edificios, parece que uno no se acostumbra a no encontrarse lo que ha visto en multitud de veces en reseñas.

Dentro de nuestro viaje a Baviera y Hallstatt, decidimos que lo mejor era escoger un hotel bueno, bonito y barato en la zona de la estación central de Múnich. Si bien el primer alojamiento en el que estuvimos, el hotel Dolomit, de dos estrellas y a 126€ la noche había sido un acierto (perfecta relación calidad-precio, céntrico y sencillo… aunque caro dadas las fechas del viaje), me sorprendió gratamente encontrarme una oferta en el Astor, de cuatro estrellas, también en la zona de la estación y con el desayuno incluido por apenas 87€ para dos personas. Las críticas no eran del todo malas, como en prácticamente todos los hoteles que visitamos, y las habitaciones ofrecían un aspecto moderno, minimalista y cálido.

Llegamos a la recepción…

¡Si primero conseguimos encontrarla! Y es que el hotel Astor no llama, precisamente, la atención: su entrada se compone de un escaparate y una puerta de acceso, sin iluminación exterior ni la típica entrada de hotel que todos tenemos en mente. Además, a diferencia del Dolomit, en esta zona sí que abundan los sports-bar, las casas de apuestas y los clubs de alterne (reconozco que no estuve cómodo).

La recepción es una suerte de viaje al pasado, a los 60’s más castizos, si es que pueden definirse así. La falta de actitud del recepcionista, más interesado en cuidarse el pelo en el espejo, hizo que nuestro check-in no fuese precisamente ágil y fluido. El aspecto del lobby además invitaba poco al descanso (es diminuto), con una nevera como si de un 7eleven se tratase (recordemos, también, que hablamos de un cuatro estrellas) y con una apariencia más de Pensiones Puri que de un hotel acorde a su categoría.

Interior de la habitación

El ascensor, diminuto (parece ir de acuerdo al hotel) también necesita una reparación y reforma con urgencia. Sus pasillos, de moqueta y oscuras, no presagian nada bueno.

… y entramos en la habitación

Cualquier parecido con la realidad vista en las fotos es pura coincidencia. Lo que yo os traigo aquí poco o nada tiene que ver con lo que ofrecen en Booking.com: habitación pequeña, con unos cabeceros de motel de carretera, Biblia en la mesita (por si hiciese falta) y paredes blancas con algún manchón (que prefiero no preguntar la procedencia).

Las colchonetas de yoga

En cambio, dos aspectos a resaltar de forma positiva: el baño, aunque pequeño, sí que parecía de un hotel de cuatro estrellas y, por otro lado, pese a tener una habitación con vistas (bueno, vistas) a la calle principal, contaba con un buen aislamiento acústico (y no se oían a los borrachos que estaban debajo, por ejemplo).

¿Más puntos negativos? El colchón no sé cuanto tiempo llevaría ahí, sin cambiar, pero lo cierto es que más bien parecía una colchoneta de yoga que un colchón mullido. Lo cierto es que, después de tanto tute, necesitábamos dormir y descansar y, si bien no fue cómodo, pudimos pegar ojo.

Vistas del baño

Decías que tenías desayuno, ¿un desastre?

Sabéis que soy completamente sincero, para bien o para mal, y al César lo que es del César. El desayuno se sirve en la primera planta (claro, en la zona de la recepción no hay hueco) y, aunque el salón parece sacado de una escena de Twin Peaks, la verdad es que ofrecen un servicio de calidad, abundante y bien atendido. A diferencia del chico de la recepción nocturna, el personal de desayunos fue ágil y atento, preocupándose para que no faltase de nada.

Podías tomarte los típicos platos calientes, con especial mención al surtido de embutidos, albóndigas y salchichas de Baviera (buena idea para probar la comida más típica de la región) y, además, disponía de servicio de zumo de naranja recién exprimido con un exprimidor que, si bien va acorde a la decoración del hotel, al menos te permitía tomar el zumo mañanero. Sin duda, el desayuno ha sido lo mejor del hotel.

Quiero dejar también una especial mención positiva al servicio de limpieza de la mañana del hotel ya que, cuando salimos de la habitación dirección al aeropuerto, la señora fue extremadamente agradable y muy tierna.

Mejor me busco otra opción

Si bien no quiero hacer publicidad del Dolomit, el otro hotel donde me hospedé anteriormente, creo que a pesar de ser más sencillo y con menos estrellas, cumplía la función que buscábamos. De este solo puedo destacar el desayuno, acorde a la categoría, y nada más. Necesita una reforma integral, una mejora en el servicio y darle un aspecto más actual (sin necesidad de quitar parte de la esencia bávara que tienen la mayor parte de los alojamientos de la zona). El precio es asequible pero, sin duda, la relación calidad-precio es pobre. Existen opciones cómodas y más tranquilas, en una calle menos conflictiva.

Y, sin duda, recalcar que no buscaba un hotel opulento. Si hubiera reservado una habitación sencilla, en un hostel o pensión, al menos sabría a lo que atenerme. El problema principal viene cuando me he sentido engañado y que si bien el hotel es de lo más sencillo (pobre no creo que sea la palabra correcta), no se ajusta a lo ofertado.

Detalle de la sala de desayunos

¿Alguna vez os ha pasado que las fotos no tienen nada que ver con la realidad? Cuéntamelo en el apartado Comentarios que encontrarás debajo.

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2 comentarios sobre “Hotel Astor, Múnich | OPINIÓN

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