Casa Milagros, Villaviciosa (Asturias) | OPINIÓN

Parece que últimamente no hacemos otra cosa que comer y comer, todo culpa de las últimas fiestas navideñas. Hoy os dejo mi reseña sobre uno de los restaurantes con más solera del concejo de Villaviciosa, en Asturias. ¿Merece la pena acercarse a conocerlo? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Me suena esto de Villaviciosa…

Hombre, es un nombre peculiar, la verdad. Villaviciosa es un municipio asturiano del que ya os he hablado anteriormente aquí en el blog. Dentro de sus muchos recursos turísticos destaca todo el proceso de producción de la sidra, bebida estrella asturiana; en mayo, la Oficina de Turismo maliaya organiza unas jornadas sobre la manzana con una visita a una plantación. Asimismo, existe una sinergia muy interesante entre el sector primario y el terciario, tal y como lo demuestra la recogida de frutos del bosque en El Malaín o la quesería Los Caserinos.

Pero, sin duda, uno de los pilares del concejo es su buena gastronomía (con permiso de su Semana Santa)como podemos comprobar en el restaurante Venta La Esperanza, del que ya hablamos anteriormente. Es difícil encontrar un restaurante o sidrería en todo el municipio donde se coma mal o sea escaso. La fama de que en Asturias se come bien, abundante y barato aquí se confirma.

¿Y qué hay con Casa Milagros?

Casa Milagros nació como una casa de comidas a la que el paso del tiempo apenas ha afectado. Ubicada en el centro de la Villa, en la desembocadura de las calles Sol y Agua, desde hace poco tiempo ha cogido una nueva ubicación en el mismo entorno. Con ello, Casa Milagros ha aprovechado las posibilidades de un nuevo local para reformarse  ayudando a mejorar el continente pero no el contenido, ya de por sí famoso por su buena calidad.

En mi caso, fuimos a una comida familiar en festivo. Sorprende ver un menú por 14€ un día como ese donde, lo más habitual, es tener que pedir de carta. Asimismo, el menú festivo contaba con tres platos, divididos en un entrante, primero y un segundo. Postre, pan y bebida incluido. Sin duda, un buen primer precio para la que se esperaba que fuese buena calidad.

Los primeros consistían en sopa de marisco o sopa de fideos. Si bien es cierto que tampoco tiene ninguna ciencia hacer una sopa, la calidad y calidez de las mismas me sorprendió para bien. En cambio, no se sirve la olla (como es habitual en los restaurantes asturianos) sino que los propios camareros te sirven la ración; desconozco si, después, quieres un poco más, te lo llegan a ofrecer.

Plato de sopa con fideos (foto propia)

Entre los segundos podías disfrutar de menestra, fabada o garbanzos con bacalao. Sin duda, la fabada tenía buen sabor, compango de calidad y era una ración abundante. Poco puedo decir de la menestra ya que no la he probado.

Fabada de calidad (foto propia)

Y entre los segundos, decidí decantarme por un cachopo de pescado que, según creía, estaría relleno de marisco. Es algo muy habitual encontrarlo en diferentes eventos tipo comuniones y bodas, y suelen ser de gran calidad. Desconozco si realmente el pescado que me sirvieron era de buena calidad ya que, más bien, parecía un filete de panga con un relleno de queso cremoso con un trozo de jamón. Asimismo, el exceso de empanado harinado así como el aceite hicieron que más que un suculento cachopo de pescado estuviera tomando una «merluza» a la romana de bar de carretera. Sé que poco se puede pedir por un precio de 14€, teniendo incluso tres platos pero, parémonos a pensar que el coste de una fabada y una sopa de fideos no supera, en absoluto, el precio ofrecido para el menú.

Segundos (foto propia)

¿Y el postre?

Tenían como postre casero el flan pero, dado que los odio, tuve que decidirme por un helado (la otra opción era un yogur). La verdad es que, al margen de la calidad del helado típicamente industrial, no me ha pasado desapercibido el hecho que la única opción casera fuese un flan. No es, ni de largo, lo habitual en las sidrerías donde, aún para menús en días laborales, se suele ofrecer alguna tarta o el omnipresente arroz con leche.

Menestra de la casa (foto propia)

¿Y el trato del personal?

La chica que nos atendió fue en todo momento amable, seria y profesional en su trabajo. Es algo que valoro mucho en los restaurantes cuando voy: quiero un servicio agradable, por supuesto, pero donde no haya un exceso de confianza si está no ha sido requerida. No hay peor cosa que un camarero o una camarera que se pase de gracioso. Desgraciadamente, Casa Milagros cuenta con un «chavalete» que, quizás por falta de experiencia, no sabe distinguir entre una broma y una pregunta seria como puede ser algo tan banal como preguntar cuál es nuestra mesa a la que, con tono irónico, se responde que si son cinco, y esta tiene cinco sillas… blanco y en botella. Parece que blanco y en botella es la falta de profesionalidad por su parte.

¿Parece que no has quedado muy convencido?

Debo ser franco: el restaurante Casa Milagros tiene calidad en sus productos y no es, para nada, un atrapa-turistas (como sí podrían ser otros restaurantes de Villaviciosa, o de Asturias). Más bien, lo ocurrido obedece a unas expectativas, por mi parte, que no se han visto cubiertas. Sabía que este es uno de los mejores y más afamados chigres de Villaviciosa pero, desde mi punto de vista, está en una escala media-alta a lo que podemos encontrar en el entorno. Recuerdo de pequeño, una vez que fui, enormes escalopes y ollas llena de viandas que, en este caso, no he percibido. Quizás sean cosas de la nouvelle cuisine.

Si conoces este restaurante, te animo a que me dejes tu opinión en el apartado Comentarios que encontrarás más abajo. Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de experiencias propias y en ningún objeto de promoción. Alójate al mejor precio con mi descuento de 25€ para Airbnb. Asimismo, puedes seguirme en redes sociales para estar al tanto de las últimas novedades

¡Nos leemos!

 

 

 

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