¿Debería Oviedo imitar el modelo de Fløyen (Bergen, Noruega) en el Monte Naranco?

Como algunos sabréis, hace unos años tuve la oportunidad de pasar una semana en agosto conociendo el sur de Noruega. Aunque nuestro campamento base estaba en Oslo, reservamos unos tres días para conocer los fiordos noruegos haciendo parada en Bergen. Su monte, Fløyen, es un símbolo para esta ciudad noruega así como el Naranco lo es para Oviedo. ¿Debería copiar la capital asturiana el modelo de gestión de este precioso lugar? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

¿Qué es Fløyen?

Si has estado en Bergen, o quizás lo conoces por fotografías, puede que te hayas  percatado que el monte más cercano que rodea a esta ciudad escandinava está jalonado de casitas de madera de diferentes colores y que, por el medio, aparece una lengua metálica que no es otra cosa que un funicular que sube hasta lo alto, con bastantes frecuencias a lo largo del día. También, después de tu visita al Mercado del Pescado, habrás visto un pequeño edificio blanco con el nombre de Fløibanen, junto al Starbucks de la ciudad, que es la estación del funicular que salva la distancia desde el centro de Bergen hasta lo alto del monte Fløyen.

Desde los primeros viajes con mi mochila, inseparables

Al igual que los madrileños tienen el Retiro, los ingleses Hyde Park y los neoyorkinos el espectacular Central Park, a Bergen no le hace falta construir un enorme parque para poder presumir de contacto con la naturaleza. En un país donde gran parte del territorio se mantiene intacto, sería delito decir que los habitantes (y turistas, en su mayoría, cruceristas) de Bergen no aprovechan los recursos del entorno para pasar los fines de semana, dar paseos, practicar ejercicio o, simplemente, admirar desde lo alto las preciosas vistas al fiordo de la ciudad.

Pero, ¿qué hay arriba? ¿Sólo un mirador?

Es cierto que en el entorno de la estación te puedes encontrar un enorme mirador hacia la bella (y lluviosa) ciudad de Bergen pero, en realidad, el monte Fløyen es más que un recurso turístico al que acceder por funicular salvando los más de trescientos metros de altitud.

Justo al lado de la cafetería, restaurante y tienda de souvenirs se abren diferentes caminos, de diferentes dificultades, por todo el entorno del monte y que, en pocos minutos, te hacen parecer que estás en un bosque totalmente abandonado de cualquier tipo de civilización y que, a su vez, los trols y duendes parecen observarte desde cada recoveco de estos húmedos parajes. Si decides adentrarte a investigar por tu cuenta, pronto darás con un lago donde poder dar un agradable paseo en canoa de forma totalmente gratuita. Además, los peques de la casa (y bueno, los no tan peques) pueden hacerse divertidas fotos con las diferentes estatuas de madera inspiradas en la mitología nórdica, con gran presencia de duendes, como no podría ser de otra forma. ¡Todo es mágico aquí!

Vistas desde lo alto de Fløyen hacia Bergen (foto propia)

Si por el contrario tu objetivo es hacer deporte, los senderos están comunicados de tal forma que forman una vasta red de caminos de diferentes longitudes donde hacer trekking, marcha nórdica o practicar para las próximas carreras de trial. En invierno, estos paisajes se convierten en el paraíso de los amantes de las raquetas de nieve y, por supuesto, de los esquís de travesía. ¿Alguien habrá recorrido todos los kilómetros disponibles?

¿Y qué tiene que ver esto con el Monte Naranco?

Para los ovetenses, de nacimiento y de adopción (como yo), el monte Naranco es su pulmón verde (con permiso del parque San Francisco). Durante años, el Naranco se ha encontrado en un estado de semiabandono donde sus monumentos prerrománicos, San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco miran impasibles el pasar del tiempo sin que los políticos encargados de la gestión del entorno prioricen su conservación y su explotación de  forma sostenible y responsable.

Es un hecho que, al olvido en el que parece que se encuentra el Naranco, se le suma una dejadez por la conservación de su historia relacionada con la Guerra Civil española o sus neveros en la cara norte; un despropósito por parte de la administración local y regional en los últimos años, y que independientemente del signo político que se encuentre en la alcaldía, hace que, hoy en día, el Naranco no pueda ser considerado un punto emblemático de Oviedo. No sólo para propios sino también para turistas, quienes reclaman unos mejores accesos y una información más detallada sobre las posibilidades de la zona. En cualquier otra ciudad tendrían a esta joya entre algodones (aunque aquí parece que queremos agujerearlo para construir la megalómana  Ronda Norte carbayona).

El modelo nórdico podría ser una solución para potenciar el Naranco

Los noruegos, sin las joyas prerrománicas, han sabido gestionar uno de sus más famosos montes para convertirlo en un lugar de esparcimiento para tod@s, con especial cariño hacia unos turistas que buscan, a la llegada de sus cruceros, lugares diferentes para visitar más allá del icónico Brygge (el puertecito de casas hanseáticas de diferentes colores).

Pues bien, vamos con el punto fuerte que ha hecho que escriba este artículo: sí, creo que la construcción de un funicular que sea eficiente energéticamente y sostenible con el entorno podría ser una solución que conecte de forma rápida y ecológica el centro de Oviedo con, por un lado, el entorno de las joyas prerrománicas y, desde ahí, hacia la cima del monte, a una altura que, por cierto, casi duplica a la del monte Fløyen: 630 metros, frente a los 320 del noruego.

¿Y qué opciones podrían encontrarse los turistas?

El propio aliciente de descubrir las joyas del Prerrómanico asturiano, en la parte media del Naranco, debería ser uno de los motivos para que esta iniciativa fuera rentable. Para ello, por supuesto, sería necesario cortar los accesos rodados por la cara sur del Naranco y, por otro lado, convertir la subida al Pico Paisano, donde se encuentra el icónico Sagrado Corazón, en un espacio libre de vehículos.

Quienes han visitado la zona podrán darse cuenta la facilidad para reconstruir y arreglar senderos que en la actualidad ya existen de cara a crear una red de caminos y sendas que permitan el uso y disfrute de  este pulmón, a semejanza a ese tejido forestal que es el Fløyen. Asimismo, en la zona intermedia podría construirse una zona recreativa para familias, con especial protagonismo a los niños, siguiendo el modelo escandinavo (e inspiración en lo que se conoce como el Bosque de los niños del Jardín Botánico de Gijón, con toboganes en forma de cuélebre, e ingenios matemáticos con ranas «mágicas» y muchas sorpresas). Y, ¿por qué no? al igual que en lo alto de Fløyen nos encontramos un bosque de trols, aquí se podría crear un bosque inspirado en la vasta mitología asturiana (recurso apenas explorado por las administraciones a excepción del Camín Encantáu, en Llanes).

Bosque mágico en Fløyen (autor desconocido)

En la parte superior también se encuentra un pequeño zoo donde animales de granja hacen las delicias de los más peques.

Sin olvidarnos de las últimas tendencias deportivas, el Naranco podría recuperarse como un espacio multideportivo natural, donde la práctica del trekking, la marcha nórdica y otros deportes de incipiente tendencia como el descenso se podrían dar la mano de una forma sostenible, responsable y servir, a su vez, como motor de una zona que, en la actualidad, no se le está sacando todo el rendimiento posible.

El mirador ya está construido

Lo más díficil, en realidad, al margen del propio funicular, es la creación de los miradores. En el Pico Paisano ya existe un mirador muy frecuentado por turistas, curiosos y propios a los pies del Sagrado Corazón y con unas vistas envidiables e icónicas a toda la capital asturiana así como a la cercana Sierra del Aramo.

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¿Veremos algún día esto en el Naranco? (Foto: VisitNorway)

La creación de espacios como el lago artificial  en el entorno de Fløyen harían sin duda que los ovetenses ganasen un espacio verde lleno de posibilidades, con un uso recreativo y un principio de conservación acorde a las últimas tendencias europeas, donde la gestión sostenible de los espacios verdes prima por encima de usos partidistas, la introducción de vehículos contaminantes y que permiten, por otra parte, la cohesión entre barrios (hago se que echa tanto en falta en la capital asturiana).

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Lago en lo alto del Fløyen (foto:wikiloc)

¿Tiene Oviedo capacidad para este tipo de instalaciones?

Oviedo, pese a contar con innumerables atractivos turísticos, como la catedral, el Prerrománico (único en el mundo) o el museo de Bellas Artes, así como un casco histórico de inspiración medieval y, siendo en si misma una ciudad bonita, agradable, cercana y con puntos fuertes, no es precisamente el valuarte de turismo en la región, cediendo este título a la cercana Gijón. Lejos de localismos zafios, Oviedo debe adoptar una política turística característica de una ciudad de interior, acorde a su condición de capital, desarrollando un uso moderno, sostenible y adecuado de los espacios y enclaves disponibles.

Plaza de La Catedral-Oviedo
Catedral de Oviedo (foto: TurismoAsturias)

Oviedo no es Bergen: aquí no llegan cruceros ni tampoco es la entrada a ningún fiordo. Su población es prácticamente la mitad que la de la ciudad noruega pero, sin duda, los atributos de los que dispone Oviedo en el Naranco son bastante más versátiles, con un amplio espectro de posibilidades que, quienes nos gobiernan, desde el ayuntamiento y Principado, deberían valorar. A través de una apuesta decidida y con visión de futuro para un turismo responsable en la ciudad que, aunque no lo parezca, continua a día de hoy sin desarrollarse pero, si las cosas se hacen se hacen correctamente, está por llegar.

Las «pintas» en Noruega sí que fueron icónicas

Confío que Oviedo sepa apreciar, ella misma y de forma primordial, las capacidades y fortalezas. Quizás en un futuro el Naranco pueda alcanzar el reconocimiento nacional e internacional que se merece. ¿Vosotr@s qué creéis?

Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de experiencias propias y en ningún caso objeto de promoción o, en este caso, de confrontación. Si, además, estás pensando visitar la zona de los fiordos noruegos o su capital no te olvides echar un vistazo a las diferentes entradas que te puedes encontrar como, por ejemplo, mi alojamiento low-cost en Bergen o el tour más escondido hacia los glaciares noruegos. Si buscas actividades en Oslo, la capital noruega, no dejes de visitar el Holmenkollen o, en cambio, descubre cómo conseguir una noche gratis en Noruega aquí. En cambio, si quieres saber más acerca de mi opinión sobre el estado actual del aeropuerto de Asturias, haz click aquí.

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11 comentarios sobre “¿Debería Oviedo imitar el modelo de Fløyen (Bergen, Noruega) en el Monte Naranco?

  1. Me gustaría felicitarte por el artículo y la visión que tienes. Sería fantástico que este escrito pudiera llegar a ser leido por alguno de los ocupantes de los tronos municipales, y que de aquí sacara por lo menos alguna idea para ese gran olvidado que es el monte Naranco. Personalmente tu idea de copiar el modelo de Bergen me parece la mejor posible para el Naranco, pero no se si en estos tiempos de especulacion(fabrica de armas, viejo hospital, calatrava) y maniqueísmo con simbolos (banderas de España, bancos arcoiris…) se llevara a cabo algo que realmente enriqueceria, no sólo en términos económicos, a la ciudad.

  2. Totalmente de acuerdo con el artículo, nunca entenderé como un monte tan bonito como el Naranco y con unas joyas prerromanicas tan interesantes esté tan poco explotado, como bien dices se podrían hacer cosas maravillosas.Que poca sensibilidad e interés por hacer el bien de la ciudad y utilizar los recursos para ello!!

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