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El desastroso vuelo con LAUDAMOTION (Ryanair) | OPINIÓN

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Pues sí, ha llegado el día. Si me sigues en redes sociales habrás visto que la vuelta de nuestra escapada navideña a Múnich y los Alpes Austríacos ha resultado, cuanto menos, movidita. ¿Quieres saber qué ha pasado realmente? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Ponme en antecedentes

Pues vamos poco a poco. Ya sabéis que durante el pasado puente de diciembre tuvimos la oportunidad de disfrutar de los increíbles paisajes de los Alpes Austríacos. Nuestro viaje, programado para 4 días, casi se convierte, desgraciadamente, en uno de cinco.

El lunes 10, festivo en nuestra comunidad, lo tomamos como un día de transición entre Múnich y Bilbao, donde teníamos aparcado el coche y desde donde salimos el viernes. La razón de por qué irnos tan lejos a coger el vuelo fue, principalmente, por el precio que nos ofrecía TAP para la conexión Bilbao-Lisboa-Múnich, bastante más barata que la opción de Lufthansa. Y sí, he vuelto a volar con TAP después del anterior incidente y también he sufrido un retraso que casi nos hace perder el vuelo en conexión. Por otro lado, debéis entender que las conexiones desde Asturias dejan bastante que desear. 

Pero no, el susto no vino a la ida sino a la vuelta. Como os digo, el lunes lo teníamos previsto como un día cansado, con dos vuelos y un buen trozo en coche de regreso a casa.

Salimos de Múnich… pero no llegamos a Palma

Nuestro vuelo, de la compañía LAUDAMOTION, filial de Ryanair, salió a la hora sin mayor inconveniente desde Múnich. Lo único que, todos aquellos que habían comprado el billete preferente vieron que de poco sirve porque, una vez pasado el control de acceso al vuelo, nos metieron a todos al mismo tiempo. Un servicio extra que realmente no disfrutas.

Al margen de eso, a mitad del vuelo el comandante nos comunica, en inglés y alemán, que hay fuertes vientos en ese momento en Palma de Mallorca y que se intentarán hacer maniobras de aproximación. Con el susto en el cuerpo, vemos que la isla de Mallorca se acerca lentamente. De nuevo, se nos repite por megafonía que se intentará hacer una aproximación y que, sino, se nos redirigirá a un aeropuerto cercano.

Tras dar varias vueltas, y en ningún momento realizar una maniobra de aproximación, notamos que el vuelo no continúa volando en círculos sino que se desvía. Nuestra mayor preocupación, irnos a otro aeropuerto diferente del previsto, se cumple: nos vamos a Ibiza.

¡Welcome to Ibiza!

Lejos de fiesta, noche y neón, Ibiza nos deja un sabor bastante amargo. Después de un buen rato que superó con creces la media hora prevista, se nos informa que el viento ha amainado algo en Mallorca y que procedemos a despegar con destino Mallorca. Os podéis imaginar el retraso que ya llevábamos a nuestras espaldas pero, a pesar de los nervios, confiábamos en llegar a tiempo a nuestra conexión con Vueling destino Bilbao.

El increíblemente pequeño aeropuerto de Ibiza

Tras encender motores y pedirnos que nos abrocháramos los cinturones de seguridad, notamos que el vuelo hace unos intentos de coger fuerza pero sin moverse en absoluto. Tras cinco minutos tensos, las luces que obligan a abrocharse el cinturón desaparecen y se crea el auténtico caos en el interior del avión. El sobrecargo nos comunica que, al margen del viento, ahora existe un problema técnico en el ala derecha y que, esperaremos unos 20 minutos a que lleguen los mecánicos para inspeccionar la aeronave.

En este punto, pongámonos en situación: el margen para coger nuestro vuelo en conexión era escaso, por no decir nulo. Al ser de otra compañía, nadie nos aseguraba que pudiéramos coger un nuevo vuelo desde Mallorca hacia Bilbao y, lo que es peor, en el caso de hacerlo sería al día siguiente. Y nosotros sin alojamiento y sin muchas ganas de tener que comprar un nuevo vuelo.

En ese momento, y viendo como ya habíamos perdido toda posibilidad de coger nuestro vuelo en conexión, me dirijo al sobrecargo para pedirle, por favor, que nos deje abandonar la aeronave  ya que, en unas horas, sale un vuelo de Vueling desde Ibiza hacia Bilbao. Le insisto y lo único que consigo es que hable con el capitán pero, alegando un exceso de trabajo para contabilizar el pasaje que salía del avión, se niega a darnos permiso. He de decir, por cierto, que no éramos los únicos que querían salir.

Para ser sinceros, esa posibilidad se nos ofreció nada mas aterrizar pero, según tripulación, sólo íbamos a estar unos minutos en tierra. Cosa que, como os podéis imaginar, no fue cierta.

¿Y os dejaron salir?

Dado que los mecánicos tardaron más de lo previsto (cosa que imaginábamos) y que el fallo mecánico era algo más grave de lo que en principio se creía, se nos comunica por megafonía que, todos aquellos que quieran salir del avión tenemos una segunda oportunidad (sí, las formas eran de concurso malo de televisión) pero que debemos tener en cuenta que si nuestra maleta está facturada, esta llegará a Mallorca (aunque nosotros quedemos en Ibiza).

Con mucha ansiedad recogimos la maleta que, por suerte llevábamos en cabina, para salir lo más rápido posible de esa caja de hojalata. Nos acompañó una chica que tenía una videoconferencia justo media hora después y otra pareja de vascos que, al igual que nosotros, estaban interesados en el vuelo Ibiza-Bilbao.

No podéis haceros una idea de la tranquilidad que tuve cuando pisé tierra ibicenca y pude comprar, a través del móvil, los nuevos billetes.

¿Y en Ibiza?

Pues esperando cerca de tres horas a que saliera nuestro nuevo vuelo. Comprobamos que los vuelos estaban saliendo en hora desde Mallorca por lo que desconfiamos que la razón real de aterrizar haya sido el viento sino, más bien, el propio fallo técnico del ala.

Por otro lado, el dinero de nuestro vuelo Mallorca-Bilbao (que repito, salió en hora ¿no os parece raro?) lo perdimos y, por el momento, nadie se hace cargo de los 100€ que tuvimos que pagar cada uno por nuestro nuevo billete Ibiza-Bilbao.

¿Vais a reclamar?

Sabemos que tenemos derecho a indemnización por el retraso superior a tres horas, tal y como confirma nuestro documento obtenido en la oficina de Ryanair en Ibiza. Como el tema de retrasos y cancelaciones para nosotros no es, precisamente, nuevo, decidimos confiar de nuevo en Reclamador.es para que gestionara nuestra reclamación pero, para nuestra sorpresa, a los días de pedirla, se nos envía un mail en el que se nos indica que, dado que la compañía LAUDAMOTION no tiene sede en España, aunque se gane la demanda, nadie puede asegurar que la cuantía se cobre. Nuestra cara fue un poema ya que, al margen del disgusto y la propia ansiedad por llegar a casa (algunos trabajamos) se unía que, sin comerlo ni beberlo, tuvimos que perder 100€.

La razón, de todas formas, no me convence y, una vez pasado un tiempo, pensamos volver a reclamar con otra compañía que nos permita cobrar aquello que nos pertenece y, a poder ser, que nos paguen los billetes que, repito, tuvimos que comprar a la fuerza.

¡Vaya lío!

Pues ya veis. El viaje idílico a Austria se quebró un poquito a última hora pero, a pesar de todo, fue muy bonito y disfrutamos muchísimo, con unas vistas espectaculares y unos días estupendos donde nos acompañó el sol en todo momento.

Esperemos que, en próximos vuelos, tanto Ryanair como LAUDAMOTION no nos fastidien el viaje y, sobretodo, no nos obliguen a comprar billetes de última hora. Y a vosotr@s, ¿os ha dejado tirado alguna vez alguna compañía? ¿Habéis reclamado los derechos que os corresponden? Recuerda que siempre os leo en el apartado Comentarios que tenéis más abajo.

Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de experiencias propias y en ningún objeto de promoción. Asimismo, puedes seguirme en redes sociales para estar al tanto de las últimas novedades:

¡Nos leemos!

 

 

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