Mochila de Cromo

Cenar en Hallstatt, ¿misión imposible? Heritage Hotel, Hallstatt | OPINIÓN

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Si has decidido pasar una noche en el mágico Hallstatt te preguntarás donde cenar a buen precio, sin dejar todo el presupuesto del viaje. ¿Quieres saber si este restaurante merece la pena? ¿Una trampa para turistas? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

Sí, nos quedamos a dormir en Hallstatt

¡Estupendo! Lo primero que debes saber es que encontrar un alojamiento barato, más o menos, es relativamente fácil si no vas en épocas altas como la Navidad o el verano. De todas formas, dormir en Hallstatt se puede considerar, en realidad, un capricho. Si aún no has leído mi entrada sobre el hotel boutique Fénix Hall te animo a que lo hagas aquí. Asimismo, si no dispones de vehículo particular, te sugiero que eches un vistazo a mi entrada sobre cómo llegar desde Múnich (incluye Salzburgo) hasta Hallstatt.

Una vez puestos al día, queda una de las tareas pendientes: comer o cenar en Hallstatt. Aunque la oferta durante el día es amplia, con varios restaurantes, cafeterías y puestos callejeros con comida típica austríaca, al caer la noche Hallstatt se convierte en un pueblo algo fantasma donde apenas quedan los propios habitantes así como los turistas que se permiten dormir tanto en el pueblo como en el entorno.

Cenar, por tanto, puede convertirse en un auténtico reto para el turista español, acostumbrado a unos horarios mucho más amplios y cenas que comienzan cuando precisamente cierran todos los restaurantes en Austria. Si en Viena fue posible cenar con calma, aquí la cosa se pondría algo más difícil.

Nuestra primera opción era un restaurante que estaba muy bien valorado, con precios razonables, raciones abundantes y cerveza artesana casera. ¿Qué mas se podía pedir? Ubicado junto a la tienda de jabones, y frente a las casetas de madera que habían ardido recientemente, se encontraba cerrado hasta el fin de semana siguiente por vacaciones. En ese momento nos pareció una auténtica faena ya que solo quedaban dos o tres restaurantes más donde escoger y, en principio, se saldrían bastante de presupuesto.

Tras mirar la carte del Seehotel Grüner Baum y descubrir que no era lo que precisamente buscabamos, decidimos mirar la carta del Heritage Hallstatt Hotel, junto al embarcadero y fácilmente distinguible.

Al principio pensé que el hecho de estar justo al lado del embarcadero principal, el punto más turístico y confluencia de todos los caminos del pueblo harían que, este restaurante, fuese una trampa para turistas con comida de dudosa calidad a precios desorbitados. Al menos, en España, sería algo así, ¿o no?

¿Os timaron?

Pues suelen decir que las primeras impresiones engañan. Y en el Heritage Hotel ocurrió así. Aunque el ambiente es elegante, se nota que gran parte de los turistas que estabamos en el salón lo hacíamos por falta de alternativas claras en el pueblo. Muchos de los huéspedes del hotel, de hecho, estaban cenando.

Schnitzel (foto propia)

La carta está compuesta por platos típicos austríacos donde destacan los embutidos y carnes. Sin pedir un primero, nos decantamos por un plato de pasta con carne de ciervo así como un Schnitzel vienés, típico escalope de carne de cerdo empanado y cocinado en mantequilla, que ya os hablé de él durante mi visita a Viena.

Las raciones eran abundantes y, en mi caso, el escalope venía acompañado por la tradicional ensalada de patata (tan difícil de imitar, por otro lado) y unos canónigos. El plato de pasta destacaba por la gran frescura de las setas, el sabor intenso de la carne de ciervo (era la primera vez que la probaba y reconozco que estaba realmente sabroso) así como la pasta, en su punto.

Plato de pasta, setas y carne de ciervo (foto propia)

De postre decidimos darnos un capricho. Como podéis ver en las fotos, me decanté por otro de los postres más típicos de Austria (con permiso de la tarta Sacher): el apfelstrudel. Este dulce es una especie de tarta de manzana reconstruida, metida dentro de un rollo de masa y con un intenso sabor a canela; se suele acompañar, además, con helado de vainilla y azúcar glass.

¿Y te has dejado un riñón?

No tanto como pensaba. Es cierto que la cena fue escueta con, solamente, un plato principal y un postre pero, si bien es cierto que me esperaba precios desorbitados y calidad regulera, reconozco que ha superado mis expectativas. El precio, de media, fue de unos 28€ por persona, incluyendo una botella de agua grande.

Apfelstrudel (foto propia)

Fue precisamente la botella lo que desentonó un poco la factura. Sigo sin entender por qué al pedir agua para dos el camarero nos sirvió agua mineral mientras que, a otras mesas, se les ofrecía una jarra de agua fresca del grifo. Ese pequeño detalle hizo que nuestra cuenta aumentase en 5€. Sí, una botella de agua 5€. Y estoy seguro que el del grifo de Hallstatt, con esas moles macizas alrededor, sería aún más pura.

De todas formas, como reseña general, reconozco que me parece que ha tenido buena relación calidad-precio y que, si bien probaría el primer restaurante que habíamos mirado en una segunda visita a Alta Austria, el Heritage Hotel sería la segunda opción sin duda.

Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de la experiencia propia y en ningún caso objeto de promoción. Asimismo, puedes seguirme en redes sociales para estar al tanto de las últimas novedades

¡Nos leemos!

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