Con motivo de la entrada 100 os quiero traer una entrada diferente, lejos de las típicas opiniones y reseñas, para que descubráis quién y qué está detrás del blog. Hoy, más que nunca, recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
100 entradas…
Cuando comencé la aventura en febrero del 2018 jamás pensé que este blog fuera a tener éxito. Para algunos puede que una media de 2500 visitas al mes no sea, para nada, sinónimo de éxito, pero el hecho de poder mantener mi esencia en lo que escribo, sin ningún tipo de condición ni publicidad, sin pertenecer a asociaciones con las que promocionarme y con una interfaz sencilla y, ¿por qué no decirlo?, algo simple es, para mi, todo un logro. En un momento en el que lo artificial, el postureo, el hacer las cosas para generar visitas y mostrar titulares que sirvan de gancho está de moda, la simplicidad y naturalidad parecen ser la alternativa menos atractiva. Pero, a pesar de todo, aquí estoy. Y estoy gracias a tod@s vosotr@s, quiénes seguís de forma periódica estas líneas.
No os puedo estar más agradecido por haberme permitido, ya no sólo durante 2018, sino durante todo el 2019 (y lo que queda) evolucionar con un crecimiento que supera el 400%, tanto en el número de visitas como de visitantes, así como likes y comentarios que me dejáis.
Os prometo que el blog, durante el próximo 2020 que ya está cerca, seguirá creciendo y profesionalizándose, pero manteniendo la esencia y la singularidad de un blog independiente.
¿Y quién está detrás de Mochila de Cromo?
Pues yo, Javi. Vine a estas líneas como refugio donde poder plasmar las anécdotas de mis viajes y después de ser el “guía” de mi grupo de amigos así como familia. Aunque no me dedico al mundo del turismo, siempre me ha encantado viajar y poder contar a todo aquel que quiera escucharme mis experiencias y cómo conseguir los mejores precios y lugares que no estén precisamente en las guías de viaje convencionales pero que marcan, de una forma u otra, la experiencia de viaje. Porque viajar, desde mi punto de vista, es ir más allá de una foto bonita en el sitio de referencia… es una experiencia enriquecedora que amplia tu visión y te convierte en una persona más tolerante. Colecciona momentos y no cosas es una de las frases que mas me pueden representar en los últimos años.

Sea cual sea tu presupuesto, viaja. Cuando comencé, ya de peque, a visitar sitios, apenas me conformaba con visitar pueblecitos de mi región, Asturias. Así, como mis amigos saben, me he convertido en un auténtico fan de los mercadillos tradicionales y conocedor de joyas asturianas que pocos conocen (como por ejemplo la cueva de hielo de Picos de Europa, frente a Peña Castil).
¿Y dónde viene ese espíritu viajero?
Pues como os digo, todo comenzó de pequeño. Los fines de semana eran sinónimo de montaña y senderismo, tanto en la zona de los Picos de Europa (muchas noches en el hotel Peña Castil de Sotres, un saludo a Manuel y toda su familia desde aquí) como, ya en los últimos años, el Parque Natural de Redes con el que tengo una vinculación especial que en realidad ni yo mismo me explico.

Pasaron los años, descubrí Ryanair y vi que las posibilidades de conocer otros países se hacían infinitas (creo que esto nos ha pasado a casi todos). Poco a poco, el intentar cazar los mejores precios (tanto para mí como para mi entorno) e informarme sobre las (pocas) posibilidades de escapadas desde Asturias hizo que el mundo de los viajes se convirtiera en un auténtico hobby.
Y, durante mi adolescencia, tuve la oportunidad de realizar un intercambio con un colegio de secundaria en pleno Manhattan, lo que supuso el primer viaje “solo” (gracias Ire por tantos buenos momentos allí, sin ti la experiencia no hubiera sido la misma). Ahí, cámara rudimentaria, con las pintas del pseudo-uniforme que nos obligaban a llevar, confirmé que quería conocer todos los lugares posibles antes de que fuera demasiado tarde.
¿Cuál ha sido tu ciudad favorita?
En realidad siempre intento llevarme lo mejor de cada sitio. No podría decidirme por una sola, ya sea ciudad o región, aunque es cierto que el viaje a Dinamarca fue quizás el punto de inflexión en muchos sentidos y me sirvió para decidirme a escribir sobre las experiencias de viaje. Copenhague es una ciudad que siempre estuvo en mente, quería conocerla pero, falta de tiempo y un alojamiento, en aquel momento, caro para mi presupuesto hacían que quedase en el cajón de los pendientes.
Tuve la oportunidad de realizar ese viaje, con motivo de mi cumpleaños, y no sólo a la capital danesa sino al castillo de Frederiksborg así como a la vecina Malmö (a pesar de resultar ser una auténtica decepción). El hecho de conocer de primera mano el estilo de vida danés, ese hygge del que tanto se hablaba, y el hecho de moverme por alojamientos tipo hostel (que como os digo, son necesarios cuando quieres viajar pero solo te importa eso: el viaje) hizo, sin género de duda, que Copenhague se convirtiese en una de mis ciudades favoritas.

Pero no solo Dinamarca me ha llamado la atención. Noruega, durante el viaje de una semana entre Oslo y Bergen (incluyendo la excursión a los fiordos) también resultó ser una experiencia increíble. Edimburgo y Viena, con sus mercadillos navideños, resultaron ser una experiencia mágica.

Y ya en España, uno de los lugares que más me ha “prestado” ha sido Galicia. Siempre había oído hablar maravillas sobre nuestros vecinos gallegos pero, quizás una errónea concepción por mi parte, me hacía imaginarme una tierra triste, en una gama cromática de grises, que no tenía nada que aportar. Pero, hoy en día, Galicia se ha convertido en un imprescindible que salvaguarda muy buenos recuerdos en familia y amigos. Tanto las Rías Baixas, como el interior gallego, con su Ribeira Sacra, así como ciudades como A Coruña o Santiago (recuerdos del camping entre amigos, con su calita y su ría) hacen que, para cualquiera que me pregunte, lo recomiende a ciegas (con permiso de Asturias) esta región del norte.

Y no puedo olvidarme de uno de los últimos descubrimientos: el valle de Laciana, en la comarca del Alto Sil, en la montaña leonesa. Una zona con un pasado industrial férreo que, a pesar de todo, poco a poco se está reconvirtiendo y que demuestra que tiene infinitas posibilidades de promoción ya que, no hay nada más puro que un paseo por sus brañas en pleno verano o, para los amantes del deporte rey invernal, demostrar su pericia en las pistas de la estación Leitariegos-Valle de Laciana.
¿Peor experiencia de viaje?
Al margen de mi vuelo cancelado con TAP, precisamente durante el viaje a Copenhague, la verdad es que pocas anécdotas desagradables tengo para contar. En cambio sí que os podría decir cuál ha sido uno de los destinos que menos me han gustado: Roma.

Organizado como una especie de viaje de fin de curso por un grupo de amigos y conocidos, y a pesar de contar con un hotel de cuatro estrellas en pleno Termini, el exceso de días en la capital italiana así como un estilo de vida que poco tiene que ver con el mío hicieron que, al poco tiempo, la experiencia resultara algo pesada y decepcionante. Al margen de toda la historia con la que cuenta, llega un punto de saturación donde no ves mas allá de piedras y ruinas. Eso sí, la gastronomía en ningún caso fue objeto de réplica, ¡qué rico todo!
Entre los viajes más recientes: Hamburgo. A pesar de ser la segunda ciudad más poblada de Alemania, su estilo industrial y algo lúgubre hacen que no merezca mucho la pena organizar un viaje a esta ciudad. Eso sí, si por lo que sea tienes que hacer escala o dormir en ella por una noche, no dudes visitar Lübeck, a sólo media hora en tren, y espectacular. Ojalá haberlo conocido con un día algo más agradable.

¿Y qué viajes te esperan? ¿Habrá alguna novedad?
Bueno, puedo adelantar que habrá sorpresas. En estos momentos me preparo para pasar el Puente de la Constitución entre los mercados navideños de Múnich y los Alpes austríacos, pero nuevos viajes están por llegar.
Sigo teniendo muchas ganas de conocer Cracovia, y Polonia en general. Los Alpes es otra zona que me llama mucho la atención así como todo Suiza, pero sus precios hacen que sea prácticamente imposible conocerla aún viajando de la forma más low-cost posible. También el valle de Aosta, al norte de Milán, creo que merece la pena ( y un riñón).
Aunque ya conozco los Pirineos al haber estado en el Balneario de Panticosa gracias a una súper oferta de Buscounchollo.com, no descarto volver algún día y tomármerlo con más calma, poder hacer rutas y disfrutar aún más si cabe del paisaje.

Y dentro de los viajes que quedan en el cajón de los improbables tendría que meter Nueva Zelanda y sus fiordos, así como Tokio. Debo reconocer que la capital nipona no era, hasta hace poco, un destino que me llamara la atención. No soy precisamente fan de la cultura japonesa, más allá del sushi, pero reconozco que conocer un país como este debe ser un choque cultural tremendo ya que es todo diferente. Y aunque los precios se han democratizado, la falta de días libres hacen que, por ahora, no sea posible embarcarse en una aventura de tal magnitud.
¿Y por qué el nombre de Mochila de Cromo?
Bueno, ha llegado la pregunta definitiva. En realidad esté blog iba a tener otro nombre, pero no me parecía demasiado impactante así que decidí mezclar las dos facetas que me definen: el mundo químico y el de los viajes. He estudiado la carrera de Química y quería, en un primer momento, mezclar el tema viajes y experiencia con un punto de vista químico y medioambiental aunque debo reconocer que, hasta la fecha, la única entrada chem-friendly ha sido la que escribí sobre la incineradora de residuos en Copenhague (eso sí, se ha convertido en una de las más visitadas).

Como os quiero contar con calma el por qué del cromo, haré una entrada más científica pronto (¡prometido!).
¿Trabajas? ¿Cómo puedes viajar tanto?
No viajo tanto como parece, pero sí, a día de hoy trabajo en un centro educativo. Esto limita mucho el poder desplazarme como antes, dónde podía aprovechar la temporada baja mientras estudiaba, con ofertas tan impresionantes como un vuelo de ida y vuelta a Edimburgo por tan solo 20€. Aun así, no hay excusa. Siempre que se acerca un puente o tengo vacaciones, hay algo organizado.
Uno de los trucos, por no decir el único, es reservar con mucha antelación. Si sé que voy a tener X días libres busco vuelos baratos, sin importar tanto el destino, por lo que esa flexibilidad y antelación hace que encuentre gangas. Eso sí, los próximos viajes, elegidos adrede, han salido algo más caros de los habitual a pesar de reservarlos con una antelación superior a los seis meses.
¿Queréis preguntarme algo más? Os leo en el apartado Comentarios que encontraréis más abajo. De nuevo, agradeceros que estéis al otro lado, siguiendo día a día, y permitiendo crecer pasito a pasito. Muchas gracias en especial a todas esas personas que comparten mis publicaciones en redes sociales, de forma desinteresada, y que me dan a conocer de una forma u otra. Nos leemos hasta, por lo menos, la entrada #200.
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4 comentarios sobre “#ENTRADA100 ¿Por qué Mochila de Cromo?”