Skansen, el pueblo sueco convertido en museo, ¿merece la pena?

Vaya por delante que no tenía muchas expectativas respecto a este museo. Anteriormente había estado en uno similar en Oslo y me hacía una idea de lo que podría encontrar. ¿Me ha defraudado? ¿Ha conseguido sorprenderme? ¿Buena relación calidad-precio? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

¿Dónde se encuentra?

El museo Skansen se ubica en la pequeña isla de museos de Estocolmo, muy próximo al centro y al Gamla Stan, el casco histórico. En los alrededores podréis encontraros con el Museo de la Biología, el Museo de Arte Nórdico, el llamativo Museo de ABBA o el parque de atracciones con espectaculares vistas al archipiélago.

La forma más cómoda de llegar es a través de tranvía aunque no deberías descartar dar un paseo para ir o volver ya que todo el entorno merece la pena, con diferentes restaurantes y terrazas. La propia isla es un oasis de paz rodeado de un frondoso bosque y terrazas que invitan a disfrutar del fika en mayúsculas.

Ya estoy en la entrada, ¿qué puedo ver?

Skansen tiene cierta similitud con diferentes museos etnográficos que te puedes encontrar en otras partes del mundo y que, en concreto en Escandinavia, parece que son de sus favoritos. Aquí, una enorme superficie alberga un pequeño poblado que representa la arquitectura más característica de Suecia, con diferentes representaciones de pueblecitos y de cómo sería la vida hace unos años. Desde las edificaciones más representativas hasta las cabañas de los nómadas del norte, todo tiene cabida en Skansen.

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En la entrada principal

Una vez te he hecho una pequeña introducción, comentarte que existen varias entradas al parque pero la más icónica, y que cuenta con el funicular, es la que tiene el enorme cartel de Skansen ubicada si sigues todo recto una vez llegas a la isla de los museos.

Comentarte, además, que el funicular no está incluido en el precio de la entrada (son unos 4€ más) y, excepto que hayas estado todo el día pateando o tengas algún problema de movilidad, no merece la pena. Es cierto que te deja en el “centro” del museo pero la cuesta no es demasiado pronunciada y siempre puedes hacer pequeños descansos para apreciar cómo vas subiendo en altura y cómo poco a poco tienes unas vistas más bonitas de Gamla Stan, el ayuntamiento y el Palacio Real.

He llegado arriba, ¡qué agotamiento!

Bueno, deberás hacer un descanso porque Skansen es un museo donde hay que caminar bastante si quieres verlo todo más o menos.

Aunque en la entrada te dan un pequeño mapa, todo el parque tiene diferentes mapas para ubicarse ya que como os digo, es enorme. Asimismo, mi recomendación es que te dejes llevar un poco y te pierdas entre las diferentes secciones con las que cuenta el museo al aire libre. De esta forma, cada rincón te sorprenderá aún más.IMG_9079

Pero es que yo lo de ver casas…

Bueno no es solo verlas, ¡puedes entrar! En su interior, personal del centro vestido con trajes regionales se ofrece a informarte, en inglés, sobre las costumbres y tradiciones de Suecia. Así, podrás ver el exhaustivo trabajo que se realizaba para confeccionar la ropa unos siglos atrás o, por otro lado, conocer cómo se cocinaba en pequeños hornos rudimentarios en condiciones climáticas bastante adversas.

Si esto no te llama demasiado la atención siempre puedes dar una vuelta por la zona de animales. Cuidado, Skansen no es realmente un zoo al uso pero sí es cierto que tiene varias zonas donde se exponen animales, todos ellos cuidados y en buenas condiciones, con enormes zonas para pasear y poder tener una vida digna en régimen de semilibertad. De esta forma, conocerás toda la fauna nórdica que jamás pensabas ver en directo.

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Los impresionantes búfalos (foto propia)

Desde lobos hasta alces, pasando por renos (¡hola Rudolph!) hasta focas o los impresionantes búfalos. Mención aparte merece todo el recinto dedicado a los osos nórdicos, con una completa exposición sobre cómo es su vida en estas latitudes así como las diferentes especies que nos podemos encontrar a lo largo de todo el globo.

¡Tantas cosas! Merezco un descanso

Déjame llevarte a un rincón que pocos deben conocer dentro del parque. Si te diriges a la zona de granja, donde podrás ver ovejas y vacas principalmente, encontrarás una zona algo aparte que parece ser un pequeño jardín botánico y que, personalmente, me recordaba a las típicas casitas inglesas con los jardines cuidados a las afueras de la ciudad. Aquí, y algo escondido, os encontraréis con un bucólico invernadero donde podéis descansar en los fardos de paja mientras leeis una revista sobre botánico o decoración (bueno, siempre que hableis sueco, claro está).

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En el escondido invernadero

Como os digo, es un rincón que no se conoce y que no está muy indicado. Lo encontramos por casualidad y pudimos disfrutar de un rato muy agradable, lejos de los grupos bulliciosos que se forman en los diferentes recintos de los animales.

Y los más peques…

Bueno, todo el recinto está muy enfocado a los peques aunque para nada es algo que los adultos, viajando o no con niños, no puedan disfrutar. Cada uno tiene su espacio en Skansen.

Los más pequeñajos podrán disfrutar de la zona de la granja, donde tocar y ver de primera mano animales como cabras enanas, cerdos vietnamitas o gansos. Tienen un pequeño parque bastante original que recuerda a una montaña desde donde sale un pequeño arroyo (y sus padres una cafetería al lado) así como un tiovivo en una de las plazas o un pequeño circuito de coches dirigidos. En ningún momento se aburrirán (estas actividades no son gratuitas por lo que no están incluidas en el precio de la entrada).

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Un auténtico Rudolph (foto propia)

¿Y si quiero comprar un recuerdo?¿O comer algo?

Como os decía al principio, Skansen no deja de ser una recreación de los diferentes pueblos suecos por lo que tiene hasta su plaza del mercado. Allí podréis comer desde sándwiches y bocadillos hasta platos más elaborados calientes, como sopas, pizzas o las famosas albóndigas (están por todas partes en Estocolmo, por cierto).

Si quieres llevarte un souvenir ya sea del propio museo o algo más artesanal, junto a la zona de granja encontraréis unas casitas de madera oscura dispuestas en forma de línea recta donde (no todas) ofrecen productos artesanos así como diferentes alimentos: miel, embutidos, quesos… No puedo decir que el precio sea barato pero en realidad, ¿hay algo barato en Suecia? Esta zona, en Navidad, acoge un precioso mercadillo; habrá que volver en los meses más fríos.

Si no queréis comer dentro del parque por una razón u otra, os recomiendo la terraza del bar ubicado junto a la entrada de la isla de los museos. Ese café, con una preciosa terraza, ofrece desde bebidas calientes y bocadillos, hasta pizzas y albóndigas. Aunque no estaba muy convencido de que fuese una buena opción por su ubicación sumamente turística debo reconocer que la pizza que pedimos estaba buenísima y apenas eran 12€, un precio muy bueno para lo que es Estocolmo y el tamaño que tenía. Además, era de calidad (recién hecha y no congelada).

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Impresionantes pizzas a la entrada de la isla de los museos (foto propia)

Entonces, ¿merece la pena?

Como os dije al comenzar la reseña, no tenía mucha confianza en este museo. Había visitado hace unos años, durante mi periplo por Noruega, un museo al aire libre de similares características en Oslo y, si bien mereció la pena para ver iglesias reconstruidas y casas tradicionales en buen estado de conservación, se hizo algo pesado.

En cambio, Skansen es algo mas que un museo etnográfico y que, principalmente enfocado a un público familiar, las actividades que ofrecen así como el recurso de los animales nórdicos hace que merezca la pena. Perfecto para recorrer en unas tres horas si el tiempo lo permite, no sería recomendable para un día de lluvia ya que no podríais aprovechar la experiencia al máximo.

Aunque la oferta cultura en Estocolmo es bastante amplia, existen muchas alternativas en el entorno de la isla de los museos y no precisamente baratas. Como siempre os intento aconsejar por la mejor opción os diría que, al margen del parque de atracciones, lo mas atractivo, mas allá del museo del grupo ABBA (me parece una turistada un tanto friki) sería Skansen. Tiene, por tanto, buena relación calidad-precio.

Y vosotros, ¿conocíais este museo al aire libre? ¿habéis visitado otros museos dentro de la propia isla? ¿Alguna recomendación que podáis aportar? Recuerda que os leo siempre en el apartado Comentarios que encontraréis un poco más abajo.

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¡Nos leemos!

4 comentarios sobre “Skansen, el pueblo sueco convertido en museo, ¿merece la pena?

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