Llega una época en la que la capital escocesa se convierte en un auténtico cuento de hadas. La llegada del frío, las pocas horas de luz y un ambiente que invita a quedarse en casa no son excusa para no disfrutar de Edimburgo en todo su esplendor. ¿Quieres conocer todo lo que puedes hacer en Edimburgo gratis o muy barato? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
¿Pero te has ido a Edimburgo?
Sí, pero no estos días. Hace ya más de dos años que tuve la oportunidad de conocer la capital escocesa durante el mes de noviembre y, en parte, gracias a lo barato que resultaba tanto el alojamiento como los propios vuelos (ida y vuelta 20€ con Ryanair… algo increíble). Si quieres conocer cuál fue alojamiento en la ciudad te recomiendo que hagas click aquí.
Hoy, en esta entrada, y dado que Edimburgo es aún más bonita en invierno que en primavera/verano, a pesar de todos los inconvenientes, me he decidido a recuperar algunas anotaciones de mi cuaderno de viajes así como alguna foto para describiros algunas cosas que puedes hacer por la ciudad sin dejarte un riñón: desde museos gratuitos hasta rincones con encanto que no debes perderte. ¡Vamos allá!
1. Vete a conocer a Bobby
Una de las primeras cosas que debes hacer en Edimburgo es ir a conocer a su mascota oficial. Como si de Cobi de Barcelona 92 se tratase, los edimburgueses tiene su propia mascota y no es otra que el perro Bobby. La historia cuenta que el dueño de este perro falleció y fue enterrado en el cementerio que está justo al lado de la estatua; el perro veló a su dueño hasta su muerte y, mientras, los habitantes de la ciudad se hicieron cargo de él. Para recordarlo siempre, se decidió levantar una pequeña estatua en recuerdo.
Aunque veas que su nariz está algo más dorada que el resto del cuerpo, a los ciudadanos de Edimburgo no les gusta que froten la nariz al perro Bobby ya que queda desgastada y el mantenimiento de la estatua resulta más costoso. Por ello, y a pesar de que igual no tienes mil años de buena suerte, no le frotes la nariz al perro.
Al lado de la estatua, por cierto, tenéis el cementerio de Greyfiar (tenéis foto más abajo), uno de los más espectaculares de la ciudad. Aunque parezca algo fuera de lo común, los cementerios en Edimburgo son parte de los parques y jardines de la ciudad, con un encanto y una tranquilidad especialidad. Si a eso le sumamos el ambiente que rodea a los camposantos, con edificios de piedra oscura, humedad y neblinas, podemos afirmar que Edimburgo parece sacado de un escenario de película. Además, desde este cementerio, las vistas al castillo de Edimburgo son realmente bonitas.
Visita el Museo Nacional de Escocia
Justo al lado de la estatua de Bobby os encontraréis este edificio que, en principio, no parece llamar mucho la atención: el Museo Nacional de Escocia. Reconozco que entré en él porque habíamos pateado bastante la ciudad, empezaba a llover y queríamos un lugar donde poder resguardarnos del frío. La sorpresa vino por partida doble: el contenido del museo merece muchísimo la pena y, lo más importante, era totalmente gratuito.
Es un museo dedicado a toda la familia que repasa los grandes hitos de los ciudadanos escoceses: desde la tecnología a la industria, desde un museo de ciencias a uno etnográfico… parece que todo tiene cabida en este museo. Lo más divertido es que la mayoría de las exposiciones permite la interactuación y, en el fondo, pasarlo como peques. No dejéis de haceros una foto con Dolly, la auténtica, la oveja que fue clonada y que tuvo que ser sacrificada por diferentes enfermedades. Podéis retaros con diferentes juegos mentales y descubrir un paso más allá la ciencia. Si estáis agotados tras un duro día de pateo por la ciudad, el hall de estilo victoriano (precioso) cuenta con varios sofás muy cómodos así como Wifi gratuito; podréis tomar un café en la planta superior.
Vive el lado más siniestro de Edimburgo
No te voy a recomendar que visites atracciones tan atrapaturistas como los callejones del terror que invaden la zona vieja de Edimburgo. No. Lo que os quiero recomendar es que hagáis el Free Tour Ghost en español.
Aunque os he escrito sobre él anteriormente, os dejo un pequeño resumen: el tour comienza en la Royal Mile, la arteria principal de Edimburgo y, durante un recorrido de unas dos horas, os llevarán a pie por distintas localizaciones de la ciudad, de noche, y con entrada a algún cementerio. Historias de asesinatos, peste y maleficios harán que no peguéis ojo pero, al margen de eso, es una experiencia divertida y, debemos tener en cuenta que, todo lo que cuentan, no deja de ser fantasía. Algún fantasma habrá en Edimburgo pero seguro que estás más vivo que tú y que yo.
Al finalizar recuerda que no es obligatorio pero sí altamente recomendable (ejem ejem) dejar una propina. Es libre, totalmente libre, pero tened en cuenta que habéis disfrutado de una experiencia diferente, en una ciudad cara, que cierra a las 17 y que los chavales, en su mayoría, son estudiantes españoles que están ahí de Erasmus finalizando la carrera ( y pasear de noche con frío no es precisamente agradable). Toda ayuda es poca.
Disfruta de la calle Victoria y del Oink
Es cierto que recorrer la calle Victoria, con su característica forma en curva y sus locales coloridos es algo que estoy seguro harás y, de hecho, pasarás por esta calle varias veces teniendo en cuenta que Edimburgo, en realidad, es bastante pequeño.
Lo que quizás no hagas a primera vista es disfrutar de un enorme bocata de carne de cerdo mechada en el Oink. Esta bocatería, cuyo local es bastante pequeño, llama la atención porque en el escaparate tienen un auténtico cerdo asado. Sus bocatas son tan variados como el solo con carne, carne con puré de manzana o carne con haggis pero, en realidad, es una experiencia gastronómica a buen precio en el centro de Edimburgo. Puede que, además, gracias a este bocata probéis el auténtico haggis escocés aunque mejor no os digo de que está hecho (el sabor de todas formas es algo peculiar). Ventaja añadida es que varios de los chicos que atienden en barra son españoles por lo que no tendréis problemas con el idioma.
No es un plan gratuito pero, bueno, habrá que hacer una parada para comer, ¿no?
Vive la noche de Edimburgo en Grassmarket
Lejos de parecer una ciudad fría, distante, con poca actividad reducida a los turistas que visitan Edimburgo durante el día, la segunda ciudad más poblada de Escocia tiene una vida nocturna que poco tiene que envidiar a la de las grandes capitales europeas.
Es cierto que si buscas enormes discotecas y cosas parecidas puede que te hayas equivocado de lugar pero, ¿quién dice que no a una taberna escocesa con música en directo? Si buscas esto, déjame llevarte hasta el Grassmarket, justo bajando de la calle Victoria.
Durante el día, la antigua plaza del mercado es un hervidero de turistas y autobuses, de cafeterías que huelen a vainilla y caramelo, así como tiendas de souvenirs y de ropa vintage. Por la noche ofrece su faceta más gamberra y, a la vez, más auténtica. Los cafés se convierten en bares y pubs donde ir a tomar una pinta de cerveza o un whisky y disfrutar de la compañía. Un añadido puede ser disfrutar de música en directo y, en concreto, celta. Para ello te recomiendo que vayas al Black Bull: fuimos dos noches seguidas y siempre había música en directo. Informan en un cartel en el exterior sobre el concierto de la noche y, después de los partidos que haya esa jornada, comienza el show. Fue una experiencia muy agradable, muy auténtica y, en definitiva, una sorpresa. Las pintas además no eran especialmente caras a pesar de estar en libras y en pleno centro.
Dean Village: un pueblo dentro de Edimburgo
Sí, como lo lees. Edimburgo sorprende en todas las formas posibles. Tanto, que te puedes encontrar un pueblecito en pleno centro de la ciudad.
En plena ciudad nueva, muy cerca de Princess Street, y a unos quince minutos a pie de la estación de trenes, se encuentra Dean Village. En realidad, el lugar llama la atención porque las casas se encuentran en perfecto estado, la sensación es de entrar en un pequeñísimo pueblo y, de forma inexplicable, no se oye todo el bullicio de la ciudad que se encuentra justo al lado.
Es una zona cuya magia es en sí hacerse una fotografía y visitarlo por uno mismo. Apenas hay algún café y poco más pero, si puedes, acércate al atardecer para capturar la esencia del lugar.
Descubre Tron Krik, en plena Royal Mile
En realidad no hemos hablado nada de la Royal Mile, la milla real que vertebra la zona vieja de Edimburgo y que lleva en suave ascenso hasta el castillo. Pues bien, en una de las esquinas de esta calle semipeatonal, junto al hotel Radisson Blu, os encontraréis una iglesia que parece no llamar mucho la atención desde fuera.
Algo parece esconder cuando, en plena puerta, se anuncia cambio de divisas y, es que una vez accedes a su interior, descubrirás que de iglesia tiene solamente la estructura y las vidrieras. Aquí se encuentra un mercadillo durante todo el año que cuenta con un árbol de luces led en el centro y que, a su alrededor, se disponen pequeños espacios de artesanos donde poder comprar desde bolsos y joyas, hasta espadas o jabones. Lo único malo, y teniendo en cuenta que esta entrada era para comentaros planes a buen precio en Edimburgo, es que los precios son bastante prohibitivos por lo que es una buena opción para echar un vistazo y resguardarse del frío.
Y tú, ¿qué planes me recomendarías en Edimburgo? ¿Algún lugar secreto que debamos conocer? Recuerda que te leo siempre en el apartado Comentarios que encontrarás un poco más abajo.
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