Restaurante La Campanona, Laciana | OPINIÓN

Estamos de vuelta con una entrada muy foodie, que sé que os encantan. Volvemos a la joya que es el valle de Laciana para descubrir de primera mano otro de los restaurantes de la zona: La Campanona. ¿Queréis conocer mi opinión? ¿Merece la pena? ¿Cómo va de precios? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!

¿Dónde se encuentra?

El restaurante (y también hotel) La Campanona se encuentra muy cerca de la capital de Laciana, Villablino, concretamente en la pedanía de Villager. Una vez llegues a Villablino, solo debes recorrer un par de kilómetros más hasta llegar a una rotonda donde, a mano derecha, verás el restaurante.

Cuenta con aparcamiento propio, aunque algo pequeño para la temporada alta, aunque la carretera secundaria anexa tiene espacio para dejar el coche.

¿Y qué tal? Cuéntanos

Había reservado para la cena de un sábado en el mes de Agosto, ya que para mi primera opción estaba todo completo. Aun así, esto no supuso ningún problema porque me apetecía conocer otro restaurante del valle de Laciana, después de haber visitado el Mesón El Campillo en Sosas, así como La Bolera, en Robles. Tocaba, por tanto, conocer este restaurante del que había oído que se comía bien, abundante y nada caro.

Puntuales, llegamos y la simpática camarera de la barra/recepción nos indicó que el comedor estaba en la planta superior. No hubiese sido mala opción tampoco cenar en la terraza, como estaba haciendo una familia, ya que la noche era perfecta.

Tras esperar un poco, nos atendió una nueva camarera para tomar nota de las bebidas y darnos las cartas: la primera vez, sin nada dentro, la segunda ya con los diferentes platos. Una simple anécdota divertida. Os dejo, para que leáis con calma, la variedad y precios del restaurante.

Carta de La Campanona (foto propia)

Pedimos como entrante una tabla de quesos después de indicarnos que las únicas croquetas que quedaban en cocina eran las de boletus. Si bien es cierto que la tabla era correcta para dos personas, me parecía un poco pequeña si hubiese sido para un grupo de amigos de apenas cuatro personas; podréis decirme que una tabla de quesos para cuatro ya de por sí es poco pero, siendo 14€ (según carta porque luego en la cuenta nos cobraron 15€) me parece un poco abusivo. Tampoco es que hubiese mucha variedad y, en parte, eché de menos algún queso característico de la zona o, a una mala, asturiano.

Platos principales (foto propia)

¿Y de segundo?

Después de la tabla nos decantamos por un cachopo y un entrecot. Al pedir el cachopo, pregunté si podía ser para compartir y la camarera me comentó que era de ración si comíamos “bien”. No lo voy a negar, como bien (mucho, no hay dieta que valga) pero el cachopo, para ser 18€, era una versión lánguida de dos filetes con un relleno que, desde mi punto de vista, no era el mejor. En la carta, en cambio, ofertaban el cachopo de cecina con queso de Vidiago (puede que hayamos tenido mala suerte con el día).

Entrecot (foto propia)

En cambio, el entrecot, también a un precio de 18€, sí que merecía la pena. Presentado en bandeja de barro, estaba tierno y en su punto, con buen sabor y demostrando que era una pieza de calidad.

Por último, preferimos no tomar postre porque, aunque la ración de quesos no hubiese sido muy grande, estábamos llenos.

Decepción con la tabla de quesos (foto propia)

¿Y tienen menús?

Pues sí, cosa que me extrañó al tratarse del servicio de cenas. El menú de noche cuesta 12€ y tienen también un menú especial de invierno cuyo primero siempre es potaje.

En esta ocasión, el menú estaba compuesto por una ensalada de jamón york y queso o, como alternativa, huevos escalfados; de segundo, pollo amariscado (con langostinos) o ternera asada. Pude ver raciones del menú y debo reconocer que me equivoqué al pedir de carta: si bien no es que fuera un menú “especial” siendo sábado noche, el tamaño de las raciones y el precio hacen que sea una opción a tener en cuenta.

En definitiva, ¿no lo recomiendas?

En absoluto quiero decir eso. El restaurante es muy coqueto, de piedra y con decoración tradicional. Las camareras, tanto la chica de abajo como la del servicio, eran sumamente agradables y, de hecho, la chica del salón estaba desbordada (por esa razón el tiempo entre plato y plato fue algo más amplio de lo habitual). Asimismo, la comida es de calidad pero le falla la relación cantidad-precio. Me da la sensación, y más después de haber cenado en otros restaurantes de Laciana, que tiene unos precios un poco altos para el tamaño de las raciones (en carta porque el menú me parece más que correcto).

Por ello, estoy seguro que volveré a La Campanona para disfrutar de un menú de invierno y podré actualizar esta entrada demostrando que las raciones han mejorado.

¿Habías estado en este restaurante anteriormente? ¿Opinas que las raciones son del tamaño adecuado? ¿Has probado el menú de invierno y quieres dejarme tu opinión? Recuerda que puedes hacerlo en el apartado Comentarios que verás más abajo.

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¡Nos leemos!

4 comentarios sobre “Restaurante La Campanona, Laciana | OPINIÓN

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