Dentro de mi escapada de tan solo un día a la segunda ciudad más importante de Portugal, O Porto, pude disfrutar de una visita a las bodegas Sandeman al otro lado del Duero. ¿Merece la pena? ¿Es un simple gancho para turistas? Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
No me gusta el vino…
¡Empezamos bien! He de decirte que a mí tampoco pero, ya que estamos en una región vinícola por excelencia, no podemos marcharnos sin probar el famoso vino Porto y conocer, además, los secretos que se esconden en sus bodegas.
Aunque las bodegas, realmente, se encuentran en Vila Nova de Gaia, al otro del río Duero, por lo que necesitarás pasar por el caótico puente de Dom Luis I. Una vez en la otra orilla, encontrarás más de una docena de bodegas. Existen algunas conocidas como Calem, otras no tan turísticas (o que no han sabido promocionarse) y luego está la reina entre las reinas, Sandeman. Aunque, en realidad, el prestigio de esta bodega se lo ha ganado por sí solo y es que se constituyó en 1790 por un joven escocés.

¿Cómo reservo? ¿Existen visitas en español?
Sí. Las visitas habituales se realizan en portugués, y en horas concretas, en español e inglés. Te recomiendo que reserves previamente online tu entrada, con más razón si sois un grupo de amigos o similar. Las visitas en español, un miércoles de julio, son a las 11 y a las 15:15.

Yo realicé la reserva previamente (que no se diga que no voy con los deberes sin hacer) y mi sorpresa fue encontrarme con que Sandeman envía un recibo de compra pero no las típicas entradas en PDF. Minutos antes de la visita, en la propia recepción de la bodega, debes hacer el check-in. Deberían darte unos tickets justo en ese momento, cosa que en mi caso no ocurrió, por lo que tuve que enseñar el mail al chico de la entrada que valida dichos tickets.
Pero, la visita, ¿merece la pena?
Seas o no un apasionado del vino, algo tan típico del norte de Portugal no debería pasar inadvertido para el viajero más curioso. Aunque la entrada no es para nada barata (13€ la más sencilla incluyendo degustación) creo que es una buena forma de completar tu visita a la ciudad, siempre que dispongas de casi una hora para realizarlo todo.
Nada más comenzar, nos recibe Joao, nuestro guía-intérprete a lo largo del recorrido, caracterizado con la imagen de la marca. Con una luz lúgubre, y un ambiente húmedo y que intensifica el olor a madera de roble francés y portugués, comienza la visita identificando los diferentes tipos de vinos que nos encontraremos.

Después de varios datos técnicos, surge la explicación de por qué el vino de Porto tiene ese sabor tan característico: afrutado si hablamos de blanco y mucho más intenso para referirnos al tinto. Pues bien, en realidad, existen dos versiones: la primera es que se echaba aguardiente para frenar la fermentación y que el vino, en sus largas travesías hacia Reino Unido, mantuviese sus propiedades. Otra versión, quizá no tan oficial, es que simplemente se produjo como fruto de la serendipia debido a un error humano. Sea como fuere, el hecho de parar la fermentación antes de que se complete permite disfrutar de un caldo que marida muy bien con queso y chocolate.
La visita continua por la bodega, mientras Joao nos explica por qué existen diferentes puntos manantiales en la sala. Parada imprescindible es la famosa figura corporativa de Sandeman, el Dom de Sandeman de 1928, ese hombre característico y algo misterioso vestido con sombrero español y capa portuguesa como los estudiantes universitarios lusos, que a día de hoy siguen usando en su ceremonia de graduación y ciertas festividades. Esta imagen fue la primera asociada a una bodega.

Antes de finalizar, nos acercamos hasta el auditorio donde, de forma resumida, nos comentan qué es el vino de Porto, nos recuerdan el por qué de su sabor característico así como dónde nace realmente, y es que las vides están situadas en la zona de Trás-os-Montes y el Alto Douro, región fronteriza con España al noreste de Portugal. Allí se encuentra, además, la Quinta do Seixo, donde se elabora la exclusiva variedad Vintage.
¿Y existe una cata o similar?
Sí. Justo al finalizar la visita, y tras conocer los diferentes tipos de botellas que se han ido utilizado a lo largo de la historia, nos acercamos a un amplio salón donde se realiza la degustación. Las mesas son compartidas y los vinos ya están servidos, aunque no entiendo por qué han tenido que apelotonarnos a todos en una misma mesa (unas dieciocho personas) cuando había suficientes mesas alrededor.
Joao finaliza la visita comentándonos algunas singularidades y matices más de los vinos que estamos degustando que, en el caso de la visita estándar, son dos: el blanco y el Tawny. Existe la variedad Rosé, más fresca, pero en este caso no entra dentro de la degustación.

Además, aunque a lo largo del recorrido te especifican los maridajes idóneos para estos vinos, en el momento de la cata no se ofrece nada. En otras bodegas, como la famosa Marqués de Riscal, en La Rioja, ofrecen un poco de embutido o similar para acompañar.
Si deseas comprar algo, en la propia sala de degustación tiene una pequeña tienda con las diferentes botellas así como chocolates. El precio por botella es elevado, aunque en realidad estás comprando en la propia bodega por lo que siempre será un poquito inferior al de fuera al no haber intermediarios.
¿Recomendarías la experiencia?
Bueno. No puedo negar que es una turistada más dentro de O Porto pero, por otro lado, reconozco que es una bodega con solera e historia y, dentro de las que hay, puede considerarse la mejor o, al menos, la más conocida. Si no tienes mucho tiempo o, por otro lado, no te gusta el vino o tienes poco interés en la cultura del vino, puede que la visita se te haga demasiado densa. En cambio, si eres como yo que, a pesar de no gustarme este tipo de vino, tengo curiosidad por conocer lo más típico de esta zona, puede que sea una buena oportunidad. La visita es completa, aunque han quedado flecos que no se han comentado como por ejemplo cómo se habrían las botellas para no perjudicar, a través del corcho, el caldo y que conocía gracias a otros blogs de viajes.
Respecto al precio, atrás quedan esos 4-5€ que podéis encontrar en otros blogs escritos no hace demasiado tiempo (antes del boom turístico portugués) y que ahora se han actualizado a los 13€ en su visita más sencilla. Si tienes un especial interés en conocer más, existen visitas premium a un precio que oscila entre los 20 y 30€.
Si estás pensando en una escapada a O Porto, te dejo en este enlace cómo llegar en tren desde Vigo. ¿Conocías este tipo de vinos? ¿Los has probado alguna vez? Házmelo saber en el apartado Comentarios.
Recuerda que las opiniones aquí vertidas son fruto de experiencias propias y, en ningún caso, objeto de promoción. Dado que el blog no tiene financiación externa, si estás pensado en realizar una escapada o quieres reservar un alojamiento con 15€ de descuento te dejo el enlace a mi código descuento en Booking con el que tú consigues esos 15€ de descuento y contribuyes al mantenimiento del blog. ¡Así de fácil!
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2 comentarios sobre “Bodega Sandeman, ¿merece la pena? | O Porto”