Imponente, majestuoso y sacado de otra época. Rememora con Mochila de Cromo la historia de Dinamarca en una fantástica excursión de un día desde el centro de Copenhague hasta el castillo de Frederiksborg. Recoge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
¿Dónde se encuentra?
Este castillo se encuentre al norte de la isla de Selandia, la misma donde se ubica la capital danesa: Copenhague. Esta proximidad, apenas tres cuartos de hora en tren tipo cercanías, hace que la visita al Palacio de Frederiksborg se convierta en una alternativa perfecta para una excursión de un día desde Copenhague.
Para llegar aquí lo más cómodo, como te digo, es que cojas el tren dirección Hillerød en la propia estación central de Copenhague, junto al parque de atracciones Tivoli. Desconozco si esta es la alternativa mas barata (Dinamarca no es un país barato, realmente) pero el precio del billete es de unos 10€, solo ida, por persona.
Un poco de historia
Este castillo, visible desde cualquier punto de la preciosa (y turística) villa de Hillerød, se construyó en el siglo XVI y fue residencia del rey Cristian VI de Dinamarca; monarca que destacó por una acalorada y lujuriosa vida. Entre sus pretensiones, estaba dicho castillo, que ostenta el título de ser el más grande toda Escandinavia. Y no, este no fue el castillo en el que se inspiró Shakespeare para crear Hamlet; ese se encuentra un poquito más al norte, cerca de la frontera con Suecia: es el castillo de Helsingør (el problema del danés es que parecen todos los nombres iguales).
Hoy en día, además del propio interés y valor que tiene este castillo, atesora en su interior el Museo de la Historia Nacional, con una completa colección de la historia de Dinamarca: desde su nacimiento, sus batallas contra la siempre enemiga Suecia así como una descripción de la vida vikinga, sin olvidarse de la actual Dinamarca: ecológica, multicultural, eficiente y feliz. Y es que si no lo sabías, Dinamarca está considerado el país más feliz del mundo. ¿Será por el hygge?
Vamos para dentro
Nada más llegar a la fortaleza, te sorprenderá su impresionante entrada. Un gran patio, con la fuente de Neptuno presidiendo y rodeada de una imponente arquitectura de ladrillo rojo y tejados de cobre azulados. Solo por esta imagen ya ha merecido la pena acercarse hasta aquí.
Nuestra visita continúa hacia la recepción de visitantes. Me pareció un poco mal el hecho de que el servicio de audioguía no esté incluido con la entrada, así como tampoco el servicio de consigna. Parece que los daneses aprovechan el filón de sus monumentos para sacar el mayor rendimiento económico posible. Por supuesto, y como en gran parte de Europa, el uso de los baños es previo pago.
El interior del castillo tiene diferentes dependencias como la Capilla, de gran valor arquitectónico y que se conserva prácticamente intacta ya que apenas se vio afectada por el gran incendio de 1859. Con exuberante decoración donde destacan los dorados, si visitas el castillo los jueves estás de suerte ya que hay un pequeño recital en el órgano restaurado, a las 13:30, totalmente gratuita (incluido en el precio de la entrada).
Una mención especial para el Gran Salón, donde se hacían las audiencias ante el rey. De estilo barroco, destaca lo recargado que está en comparación con la arquitectura escueta del exterior.
He oído que los jardines merecen una visita
Así es. Los jardines merecen la pena y lo bueno es que no es necesario visitar el castillo, es decir, comprar la entrada, para poder visitarlos. Aunque cuando los visité no estaban en su máximo esplendor (era el comienzo de la primavera) merecen un paseo. Además, puedes acceder a ellos a través del interior del castillo, a través de los diferentes patios o, en cambio, llegar a través de un bucólico paseo alrededor del lago donde, sin duda, no podrás caminar más de diez metros sin pararte a hacer alguna foto al entorno del lago, así como a la panorámica del castillo con su reflejo en el agua. Ya os dije que merecía la pena (aunque hiciera muchísimo frío).
Por otro lado, comentarte que en realidad los jardines se dividen en dos: el jardín barroco, que data del siglo XVIII y que demuestra ese enfasis que tenía el hombre por controlar la naturaleza, en contra del jardín romántico, del siglo XIX, donde prevalece la entropía de la naturaleza frente a la rigidez y perfección de los estilos anteriores. Por todo ello, se considera al Palacio de Frederiksborg como el Versalles danés.
¿Alguna recomendación más?
Realmente, debes visitarlo y disfrutarlo por ti mism@. Poco de lo que te diga aquí te permitirá hacerte una idea real de cómo es este palacio. Es un plan perfecto para salir de Copenhague por unas horas, conocer otros parajes daneses que merecen la pena así como conocer gran parte de la historia danesa de un plumazo. Además, como última curiosidad, si al finalizar tu visita rellenas una encuesta de satisfacción, te regalan una postal en la tienda de recuerdos.
Si estás en la capital danesa lo mejor es que comienzas tu escapada con un completo free tour por sus calles y canales como el que hicimos nosotros; mereció totalmente la pena para tener una primera toma de contacto.
Otro de los puntos más interesantes de Copenhague es descubrir la ciudad libre de Christiania. Puedes entrar por tu cuenta y recorrer sus callejuelas, tiendas de artesanos, mercado de marihuana y talleres de manera libre o, bien, hacer este free tour guiado en español para entender el por qué de este clave ajeno a Europa y su legislación. Si después de tanto caminar estás cansad@, nada mejor que animarte a recorrer los canales de Copenhague a través de una excursión guiada en barco, contratando al mejor precio. Si has estado en el castillo de Frederiskborg y quieres dejarnos tu opinión, te leemos en el apartado Comentarios. Recuerda que ser lector o lectora de Mochila de Cromo es totalmente gratuito por lo que si este artículo te ha resultado útil te animamos a que nos dejes un like y que compartas la publicación entre tus redes sociales. ¡Nos leemos!