Opinión | Hotel Sacher y su tarta, ¿un fraude?

Buenas a tod@s! Continuamos desgranando poco a poco el viaje a Viena. En esta ocasión, os hablaré de una de esas cosas que parece que sí o sí tienes que hacer cuando pisas la capital austríaca (al margen de visitar su Ópera): comer la conocida tarta Sacher en el hotel que lleva el mismo nombre. ¿Merece la pena o es solo una atracción hecha por y para turistas? Acompáñame en esta nueva aventura de Mochila de Cromo

No sé de qué tarta me hablas…

La tarta Sacher es una receta austríaca cuya elaboración se guarda a buen recaudo en las cocinas del hotel Sacher, de ahí su nombre. Para los amantes del chocolate quizás sea más conocida ya que esta consta de dos capas de bizcocho con chocolate unidos a través de una delicada capa de mermelada de albaricoque, todo ello bañado con una gruesa capa de chocolate negro. Lo ideal si estás a dieta…

Desayuno en el Sacher (foto propia)

El caso es que esta tarta es uno de los postres más famosos de Viena ( y Austria) y difícil es encontrar una cafetería donde no la sirvan, a veces sola, a veces acompañada de nata.

¿Entonces el mejor sitio para probarla es el Hotel Sacher?

Como os digo, cualquier cafetería de Viena ofrece esta tarta a un precio más o menos razonable. Existen varias cafeterías donde se puede degustar a un precio más económico que en el Hotel Sacher, pero me gustaría hablaros de mi experiencia en este sitio.

Había que dejar constancia del hecho

El Hotel Sacher, por si hay algún despistado, es un hotel construido en 1876 y está considerado uno de los más lujosos y galardonados de toda Europa, contando con huéspedes tan ilustres como la Reina Isabel, J. F. Kennedy o Ghandi.

De hecho, el origen de esta tarta se remonta casi a principios del siglo XIX, ya que nació concebida como una tarta especial para los clientes más distinguidos del café Sacher, que años más tarde pasaría a ser hotel.

Pero volvemos a nuestros días: ¿merece la pena gastar casi 12€ en un trozo de tarta y café? Pues desde mi punto de vista, no; y os explico. Por un lado creo que es algo que todo turista debe hacer en la ciudad ya que, dentro de la filosofía viajera, me parece muy importante llevar a cabo el refrán allá donde fueres, haz lo que vieres, así que si los vieneses (en su momento) tomaban esta tarta aquí, habrá que hacerlo. Además, el hotel por dentro es bonito aunque se percibe un ambiente tan excesivamente cortés, enconsertado y estricto que hace que disfrutes menos de la experiencia.

Aunque por otro lado, la tarta no me ha parecido que esté tan rica como otras que he probado (véase la cafetería Aída) y el precio, además, me parece excesivo para lo que es: 7€ un trozo pequeño de tarta. Recalco pequeño aunque debo reconocer que llena… ¿será por el contenido o por el continente?

¿Turistada o un must?

Pues las dos cosas. Desde mi punto de vista, creo que si vas a Viena debes vivir esta experiencia y así poder dar tu propia opinión. Nada como tomar la tarta en el lugar donde se creó y, aunque en otros lugares la hagan mejor, es una oportunidad única que no volverás a repetir… así que no te quedes con las ganas. Eso sí, prepara la cartera o la tarjeta porque el sablazo va a ser importante.

Espero que os haya gustado esta nueva entrada. Muy pronto escribiré otras acerca del Free Tour Viena, el hotel Meininger donde me alojé y unos tips para vuestra visita a la ciudad de la música. Recuerda que puedes seguir todas las aventuras y viajes en mi cuenta de Facebook (Mochila de Cromo), Instagram @mochiladecromo y YouTube (@mochiladecromo). Nos leemos!

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