Coincidiendo con estos días de descanso, y en plena temporada de ski y nieve, os traigo mi reseña sobre las Termas de Tiberio, uno de los centros termales con los que cuenta el Balneario de Panticosa (Aragón). ¿Nos ponemos el albornoz? Comenzamos…
¿Dónde se encuentran?
Las Termas de Tiberio es uno de los spas con los que cuenta el Balneario de Panticosa. Este es el más grande, y quizás el mas conocido, aunque existen otros spas dentro del complejo termal. El acceso puede ser desde la calle o, directamente, desde el Hotel Panticosa, a través de un pasillo de madera y acristalado junto a la sala de juegos y chimenea del resort.
Entre los servicios que ofrece no solamente está el uso del agua sino también diferentes masajes y técnicas para volver a la rutina con la mejor de las sonrisas. Aunque no fue mi caso, puedo comentaros de primera mano la experiencia de un masaje facial de 90 min (unos 60€) donde, quién tuvo la suerte de probarlo, me comenta que una pasada y que la chica que la había atendido era sumamente agradable y profesional.
Pero… ¿qué hay?
Una vez entras por la recepción de este edificio de diseño futurista (imprescindible acercarse de noche a ver su fachada de colores cambiantes), te atiende el personal del centro que, como en todo el Balneario, es bastante amable y profesional.
Debo reconocer que el sistema quizás sea un poco lioso, más teniendo en cuenta que la imagen que se quiere dar del centro es de un hotel o resort de alta gama (lo que fue en su momento) por lo que es bastante extraño que, una vez en las instalaciones, tengas que ir a recoger tú el albornoz a las Termas, concretando la hora a la que vas a asistir. Quizás, si este servicio se pudiera realizar desde la propia recepción, y dejando ya los albornoces en la propia habitación de los huéspedes, se ganaría en agilidad y también en imagen.
¿Nos damos un chapuzón?
¡Vamos! Como os decía, las Termas y el Hotel están conectados a través de unos pasillos acristalados de madera preciosos, que te hacen sentir como en un hotel de los Alpes. Una vez dentro del edificio, albornoz puesto, te puedes dirigir en ascensor o por las escaleras hasta la recepción interna de las Termas. Allí, el equipo te recibe con agua con limón o naranja, para que siempre puedas estar hidratado mientras te relajas con el agua minero-medicinal.
Una vez aquí, puedes seguir las recomendaciones del personal o, directamente, probar por tu cuenta. La verdad es que yo soy mucho más de ir a la aventura así que sin duda lo mejor fue ir sorprendiéndose con los diferentes espacios con los que cuenta el complejo. A destacar la piscina central, con varios cuellos de cisne de gran potencia y bancos de hidromasaje; asimismo, la piscina exterior es de gran belleza ya que, conectada con el interior a través de un pasillo de agua, permite que te relajes dentro del propio vaso contemplando las imponentes montañas que rodean el circo de Panticosa.
Si tuviera que poner pegas a la experiencia diría varias. La primera es que, cuando yo fui, en plena temporada baja (Julio en Pirineos se puede considerar temporada media-baja), gran parte de las instalaciones (incluyendo piscinas enteras) estaban cerradas, excusándose en reformas. Puedo entender que alguna piscina, por reforma o limpieza, se encuentre cerrada… pero no que incluso parte de los chorros o cuellos de las piscinas abiertas tampoco funcionen… o que la piscina que debería tener aromaterapia tampoco la tenga. En ese sentido, bastante decepción.
Asimismo, y aquí debo reconocer que en parte no es culpa del personal de las Termas, el excesivo aforo y la falta de educación de los usuarios hace que, por ejemplo en la sauna o el baño turco, sea imposible desconectar y relajarse. Aunque hay carteles pidiendo silencio, la falta de respeto de algunas personas que van a estos sitios a hablar (soy el primero que habla, pero entiéndase el tono) y casi, gritar, hace incompresible que busquen en estos lugares paz y descanso, confundiéndose con una barra de bar o una playa. Pero repito, esto no es culpa del Balneario de Panticosa.
¿Lo recomiendas?
Es un lugar paradisiaco que, en invierno, tiene que ganar aún más. No se me ocurre mejor plan que, después de un intenso día de nieve, ski y raquetas, te acerques hasta las Termas de Tiberio a darte un chapuzón contemplando el monte y la nieve o desconectes en la sauna. Pero también es cierto que yo entré a las Termas ya que mi paquete vacacional incluía dos accesos: el precio si no está incluido me parece un poco excesivo teniendo en cuenta que, en aquel momento, parte de las instalaciones estaban cerradas o no funcionaban completamente.
Si os animáis, os dejo aquí mi opinión sobre:
- el Hotel del Balneario de Panticosa Balneario Panticosa
- los Ibones de Anayet (preciosa ruta de alta montaña a 15 minutos en coche desde Panticosa) Ibones Anayet
Espero que esta opinión os haya servido. Recuerda que puedes seguirme en Facebook (Mochila de Cromo) y en el canal de YouTube (@mochiladecromo). Nos vemos en próximas entradas!