Parece que esto está un poco abandonado… hay que seguir comentando sitios buenos, bonitos y baratos perfectos para pasar estas vacaciones. Nos dirigimos a la preciosa localidad de Lastres, o Llastres en asturiano, en el municipio de Colunga (Asturias). Esta localidad aguarda secretos de traineras, dinosaurios y series de televisión. ¿Quieres conocer más? Acompáñame con tu Mochila de Cromo… empezamos!!

¿Cómo llego hasta ahí?

Realmente, para acceder al pueblo de Lastres puedes llegar desde su alto, viniendo por el pueblo de Luces, o a través de la carretera nacional que conecta con la parte media del pueblo, desde Colunga. De una forma u otra, Lastres está perfectamente conectada por la autovía del Cantábrico, a unos 25 minutos aproximadamente desde Gijón y poco más de media hora de Oviedo.

Te recomiendo que aparques en la zona de la iglesia, el Mirador de San Roque o la zona del puerto, ya que el tema del aparcamiento está bastante limitado, y más en temporada alta.

Descubre las vistas desde el Mirador de San Roque

Este podría ser el punto perfecto para comenzar tu paseo por el pueblo pesquero. Desde el mirador no solo puedes contemplar la ermita de San Roque, de la que os hablaré también más adelante, sino las vistas (si el tiempo acompaña) a toda la Sierra del Sueve, la costa de Colunga y, a lo lejos, Ribadesella. Cabe destacar que estas costas fueron habitadas hace ya bastantes (bastantes) años por  unos bichos un tanto peculiares: los dinosaurios. Y es que sí, toda la rasa costera que se divisa desde el Mirador de San Roque se la conoce como la Costa de los Dinosaurios, dado el paso Jurásico del lugar, con restos icnitas muy importantes en el entorno de la Playa de La Griega.

Tal es la importancia de este pasado jurásico, que en las proximidades de Lastres se encuentra el MUJA (Museo Jurásico de Asturias), cuya visita os recomiendo si vais con peques.

Volviendo al mirador, allí encontráis la pequeña ermita de San Roque. En su interior alberga unos exvotos, piezas de cera con forma de partes del cuerpo, que simbolizan la cura de las mismas a través del milagro de San Roque. Y es que cuenta la historia, o leyenda, que San Roque (con su peculiar perro) cuidó y veló a los enfermos de la peste negra hasta contraerla y que, dentro de su misión cristiana, decidió refugiarse en una cueva para evitar contagiar a más gente; a esa cueva llegaría el famoso perro con un panecillo diario, dándole cuidado y alimentación. Dicho can pertenecía a un señor muy importante italiano que, tras conocer lo ocurrido, dio cobijo y cuidados a San Roque hasta su curación.

En este caso, la ermita no cuenta el famoso perro pero sí con un pequeño cesto justo en su interior. La tradición cuenta que si lanzas una moneda y consigues encestar, tendrás un año de prosperidad y buena suerte.

La iglesia que dividió a dos pueblos

Como en todos los lugares, siempre que hay dos poblaciones de cierto tamaño vecinas, existen ciertas disputas y redecillas entre ellas, las cuales a día de hoy se siguen manteniendo. Este no parece ser hoy en día el caso de Luces y Lastres, pueblos que en su momento llegaron hasta los juzgados tras la disputa por la ubicación de la iglesia, la de Santa María de Sábada. Tras varios juicios, Lastres se alzó con la victoria, pero decidió (para limar asperezas) construir la iglesia mayor en lo alto del pueblo, muy cerca de la población de Luces. Así, y dado el carácter rural y agropecuario del vecino pueblo, la iglesia se diseño con unos soportales más grandes de lo habitual y es que, en ese entorno, se decidió darle un uso polivalente a la iglesia convirtiendo dichos soportales en el mercado de abastos.

El «conceyu» de Lastres

Justo enfrente de la iglesia se situa un crucero relacionado con el Camino de Santiago, y que servía a los peregrinos para guiarles. Además, en el entorno, se encontraba un puente de origen romano que salvaba el pequeño río de Lastres, hoy en día canalizado. Junto al crucero, se encuentran dos bancos en forma semicircular de gran tamaño, conocidos como lunetas y que servían para acoger el «conceyu»: la reunión popular de los vecinos. Así, la luneta de los hombres, o luneta vieya, era el punto de reunión de los pescadores y marineros que debatían sobre las historias de la mar y determinaban cuando debía comenzar la costera, como es conocida en Asturias a las campañas de pesca. En cambio, la otra era la de las mujeres y se utilizaba para comentar lo que acontecía al pueblo y sus habitantes, así como temas de la mar y la huerta.

El benefactor Robledo

Destaca en Lastres la cantidad de palacios y casonas señoriales que se pueden ver en un espacio tan reducido. Pueblo adinerado ya desde sus inicios, le debe mucho a la familia Robledo, gran benefactora de esas tierras. Gracias a ella, Lastres cuenta con la pintoresca Torre del Reloj, construida en 1751 y que desde entonces, solo una vez perdió la hora. Anexa a la torre se encuentran las antiguas escuelas, donde la educación era gratuita para los llastrinos, pero no tanto para los niños y niñas de fuera del pueblo: se pagaría una real si se quería aprender a leer, y dos reales si aprendían a leer y contar.

A ver la ballena

Lastres, como multitud de pueblos costeros de Asturias, y del conjunto del Cantábrico, fue puerto ballenero. Hoy en día, el barrio alto con sus características casas de tres plantas blancas sigue recibiendo el nombre de barrio ballenero. La caza de dichos cetáceos suponía muchos días de comida y grasa para muchas familias del lugar, y es que de las ballenas, como el cerdo, se aprovechaba todo. No solo la carne, ya que por ejemplo de la grasa de la ballena salía un aceite, conocido como el saín, con el que iluminaban las iglesias, ermitas y casas de la localidad. Los huesos y vertebras se utilizaban en construcción, para hacer sillas y hasta como primitivas agujas para coser.

Lastres o San Martín del Sella

Ya hace unos años, Lastres volvió a vivir una época dorada en cuanto a turismo. Durante unos meses se grabaron en la localidad diversas escenas de la serie Doctor Mateo, con fuertes audiencias y haciendo que los escenarios típicos de la serie hoy en día estén organizados en una ruta panorámica que se conoce como la ruta del Doctor Mateo y que va desde Lastres y sus empinadas calles hasta el famoso y panorámico Faro de Luces.

Como veis, pasado y presente se combinan en esta pequeña localidad que vive durante gran parte del año del turismo aunque ha sabido conjugar a la perfección este nuevo motor económico con el pasado marinero.

¿Te ha gustado la entrada? ¿Conoces esta pequeña localidad asturiana? ¿Has visto la serie? Ya sabes que puedes comentar lo que consideres justo aquí debajo.

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