Retomamos un poco el viaje que hice esta Semana Santa a Dinamarca y Suecia. Como habréis podido ver en mi Instagram, una de las noches del viaje la pasé en Malmö, la tercera ciudad más grande de Suecia tras Estocolmo, su capital, y la siempre moderna Gotemburgo. ¿Quieres conocer todos los detalles? ¿Merece la pena visitar esta ciudad? Coge tu Mochila de Cromo porque comenzamos… ¡ya!
Llegar a Malmö desde Copenhague

Copenhague y Malmö son las ciudades más grandes a ambos lados del estrecho de Øresund. Grandes rivales desde tiempos inmemoriables, hoy en día la capital danesa y la ciudad sueca están, desde el año 2000, conectadas por un impresionante puente que, en si mismo, es una brutal obra arquitectónica. Gracias a esta obra de ingeniería civil, podemos recorrer los 16 kilómetros que separan las dos orillas en apenas media hora. Como curiosidad, decir que este puente no conecta físicamente las dos orillas ya que, con un tedioso estudio detrás, se detectó que los pilares podrían provocar colisiones de los aviones comerciales debido a la cercanía del aeropuerto internacional de Copenhague; de esta forma, el tramo que va desde la orilla danesa hasta bien entrado el estrecho es, en realidad, un túnel bajo el mar. Existen dos alternativas para llegar desde Copenhague hasta Malmö: en tren o en autobús (además del coche privado). En mi caso, y os lo recomiendo totalmente, utilicé el tren; y os explico por qué.
El ferrocarril en Dinamarca (y en general, en toda Escandinavia) está sumamente desarrollado, con trenes cómodos y muchas frecuencias, siendo el medio de transporte mas utilizado por los daneses ¡al margen de la bicicleta!
Desde la propia estación central de Copenhague, justo en frente del conocido parque de atracciones Tivoli, salen los trenes dirección Malmö. No tiene pérdida ya que ese mismo tren es el que conecta con el aeropuerto de la ciudad y que, normalmente, se encuentra en el anden 6. Al ser un tren hacia y desde el aeropuerto, entenderéis que se ofrecen multitud de frecuencias desde primera hora de la mañana, así como ya bien avanzada la noche, lo que puede resultar útil tanto si vuestra intención es simplemente pasar el día en Malmö, o hacer noche allí.
La otra alternativa sería el bus. Aunque un poco más económico que el tren, sus frecuencias están muy limitadas a simplemente hora punta. Por otro lado, y como desventaja añadida, el bus tarda una hora en llegar a Malmö. En cambio, sí que existe una ventaja respecto al tren: las vistas del estrecho y la panorámica de ambas ciudades son mucho más bonitas con este medio de transporte ya que, con el tren, se va justo por debajo de la carretera, en una especie de túnel con ventanas, impidiendo apreciar todo el potencial de la zona.
¿Y una vez en Malmö?
Una vez llegas a la estación central de Malmö, simplemente tienes que pasar un puente sobre uno de los canales de la ciudad y estarás en la parte histórica. Malmö, con poco más de 300000 habitantes, fue en su origen una ciudad industrial que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, como podrás observar en su arquitectura de claro sello escandinavo.
Con grandes hitos en su historia, destaca por contar con una de las bibliotecas más grandes de Suecia, ser sede de la Universidad Marítima Mundial (perteneciente a Naciones Unidas) o ser el hogar del conocido Turning Torso de Calatrava. Además, en 2013, acogió el Festival de Eurovisión en el Malmö Arena.
Pero por desgracia, hasta aquí. Sí, la ciudad me ha decepcionado completamente. Quizás esperaba encontrarme “una pequeña Oslo” a media hora de Copenhague, pero no. La ciudad mantiene su carácter industrial y la quintaesencia europea de cerrar todo a partir de las 18 se hace, aquí, mucho más palpable. Puede que Malmö sea la excusa perfecta para decir que has estado en Suecia, pero sin duda, por unas horas. No os recomiendo para nada hacer lo mismo que yo: dormir allí. Tiempo después he estado en Estocolmo y puedo decir que era ese precisamente el tipo de ciudad que esperaba encontrarme en Malmö: problema de tener unas altas expectativas.
Será que llegaste un día laboral…
No, al contrario. De sábado tarde a domingo: una escapada de finde. Aunque, como podréis imaginaros, el domingo (casi a primera hora) ya estaba de vuelta a la estación.
Si aún así, queréis descansar aquí y tomarlo como punto de partida en vuestro periplo sueco, os recomiendo el hotel donde me alojé: Best Western Noble House. Un cuatro estrellas más que correcto, a un precio envidiable, ubicado en el mismo centro de la ciudad a escasos 5 minutos a pie de la estación de tren (perfecto para tener la salida de emergencia cerca…). Os hablaré de este hotel, con más calma, en otro post.
Pero algo habrá para hacer, ¿no?
Poco, y os contaré todo mi recorrido por aquí. Una vez dejadas las cosas en el hotel, decidí dar un paseo por la ciudad. Cual sería mi sorpresa cuando descubro que, un sábado tarde, los comercios están cerrados al igual que la mayoría de bares y que, para colmo, no hay nadie por las calles (¿qué pasa?). Tras deambular un poco, puedes acercarte a la zona nueva de la ciudad, donde se encuentra el Teatro Municipal de Malmö y varias esculturas contemporáneas. No existen grandes edificios en esta zona a destacar, pero sí en la parte del casco histórico. Sin duda, es una sorpresa (dentro de la decepción global que es en si misma la ciudad).
A la mañana siguiente, decidí darle una última oportunidad a la ciudad. Mi sorpresa fue, que tras llegar al castillo, este no es la típica fortaleza que uno puede tener en mente; en absoluto. Si bien es cierto que tenía un foso, este podría pasar por un canal más de la ciudad o del parque que engloba la zona. En sí, el edificio no cuenta con las construcciones habituales ya que, por ejemplo, la fachada no es de piedra sino rojiza. En su interior, una especie de patio invita al turista al museo que se encuentra en el interior.
Creo que os podréis imaginar que, tras la decepción de la ciudad y, todavía más, del castillo, recogí mi maleta de la consigna del hotel y me fui a la estación de tren, vuelta a Copenhague.
Hagamos un resumen
Si estáis en Copenhague o Estocolmo, y os apetece hacer una visita algo diferente, Malmö podría ser una opción aunque, estoy seguro, no sería la primera. La ciudad en sí tiene poco que aportar turísticamente ya que aún está industrializada y parece más la ciudad dormitorio de Copenhague que, en si misma, una ciudad con vida. Reconozco que he estado poco menos de 24 horas y que, probablemente (como dirían los daneses) Malmö tiene multitud de alternativas que ofrecer pero, ya os digo, que no en mi caso.
De hecho, si buscáis excursiones desde Copenhague os recomiendo el Castillo de Frederiskborg (el castillo más grande de Escandinavia, a poco menos de una hora en tren de Copenhague). Puedes también echar un vistazo a la reseña sobre el Free Tour Copenhague, pudiendo contratar directamente el tour gratuito aquí.
No te pierdas mi último artículo sobre la ciudad libre de Christiania donde descubrirás que es un enclave más allá de la marihuana y donde puedes disfrutar de una excursión guiada si contratas desde aquí ( gratuita, además). Conoce la historia detrás de mi entrada más científica sobre la incineradora de residuos de la capital danesa, todo una obra vanguardista de arquitectura aplicada a la sociedad donde podrás disfrutar de varios kilómetros de esquí.
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